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Viviendo la cuaresma en familia y por las familias

🔥 40 RETOS DE CUARESMA PARA LA RESTAURACIÓN PERSONAL, FAMILIAR Y MATRIMONIAL

5 Piedritas de Medjugorge para los matrimonios y Familias

📢 ¡Iniciamos nuestra Cuaresma con Oración! 🙏💜

Querida familia en Cristo, esta primera semana de Cuaresma nos invita a fortalecer nuestra relación con Dios a través de la oración. La Virgen nos recuerda:

📖 “Queridos hijos, oren, oren, oren. La oración debe ser la fuerza de su familia” (Mensaje del 28 de marzo de 1985).

La oración es el camino para sanar heridas, fortalecer el amor y restaurar lo que parece imposible. En estos días, nos unimos en un propósito especial: orar con fe por nuestra familia y por todas las familias del mundo, especialmente aquellas que atraviesan crisis.

Cada día tendremos un reto concreto para acercarnos más a Dios, pedir por la restauración de los hogares y vivir la Cuaresma con un corazón dispuesto a recibir su gracia.

🔥 Que esta Cuaresma sea un tiempo de renovación, donde la oración transforme nuestras familias y nos ayude a confiar en el poder infinito de Dios. ¡Ánimo, que Él hace nuevas todas las cosas! ✨🙌

SEMANA 1: La Oración (Días 1-8)

“Queridos hijos, oren, oren, oren. La oración debe ser la fuerza de su familia” (Mensaje del 28 de marzo de 1985).

  1. Haz un altar e introniza a la Sagrada Familia. Pon allí un buzón o una cajita con la intenciones de todos los miembros de familia. Ofrece una oración especial por tu familia. Da gracias por las bendiciones recibidas en familia (1 Tesalonicenses 5, 16-18).
  2. Reza por por tu cónyuge e hijos e intercede por todas las familias del mundo en crisis (Mateo 6,6).
  3. Ofrece oración y ayuno por la restauración de las familias (Colosenses 3,17).
  4. Orar frente al Santísimo por la sanación de heridas en las familias (Salmo 147,3).
  5. Rezar el santo rosario preferiblemente en familia por la paz en las familias (Lucas 1,28).
  6. Has un sacrificio ( algo que te cueste)  y ofrecelo al Señor por una familia que este en crisis o este rota (Mateo 5, 44).
  7. Hacer una oración espontánea con los miembros de tu familia (Filipenses 4:6-7).
  8. Asiste a la Eucaristía y ora por la restauración y la paz en las familias en el mundo entero (Mateo 18,20).

📖 SEMANA 2  La Palabra de Dios (Días 9-16)

“Queridos hijos, lean la Biblia en familia y Enséñala a tus hijos y familiares.”

Cada día dedica unos minutos a meditar las siguientes citas bíblicas:

  1. Lee completo el libro de Tobit–  y has con fervor La oración de Tobías y Sara en su matrimonio (Tobias 8, 5-8)
  2. Efesios 5, 21-33 – El matrimonio como reflejo del amor de Cristo y la Iglesia
  3. Génesis 24, 1-67 – Dios guía el matrimonio de Isaac y Rebeca
  4. Proverbios 31, 10-31 – La mujer virtuosa
  5. Salmo 127 (126) – Dios edifica la familia
  6. 1Pedro 3, 1-7 – La conducta en el matrimonio
  7. 1Corintios 13 – Principios sobre el matrimonio
  8. Malaquías 2, 13-16 – Fidelidad matrimonial

🙏 SEMANA 3: El Ayuno (Días 17-24)

El ayuno, sacrificios y mortificaciones te fortalecerán y serán una ofrenda de amor por la restauración personal, familiar y matrimonial. ¡Ánimo y que Dios bendiga cada esfuerzo! 🙏✨

Ayuno de Pan y Agua Miércoles y Viernes

🔹 Reto: Ofrécelo por la restauración de matrimonios en crisis y la conversión de los esposos y esposas que no conocen el amor de Dios.
“No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (Mateo 4,4)

 Levantarse más temprano para orar por la familia

🔹 Reto: Dedica 30 minutos de oración diaria por la restauración de tu familia y otras familias que atraviesan dificultades.
📖 “Por la mañana, muy de madrugada, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” (Marcos 1,35)

No responder con enojo ni discutir

🔹 Reto: Cuando surja un conflicto con un familiar o esposo, en vez de reaccionar con enojo, guarda silencio, respira y ofrece el momento a Dios.
“El que tarda en airarse es grande de entendimiento, pero el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad.” (Proverbios 14,29)

Renunciar a distracciones innecesarias para dedicar tiempo a Dios y a la familia

🔹 Reto: Apaga el celular, redes sociales o televisión y dedícale tiempo de calidad a Dios, a tu a tu esposo(a), hijos o familiares
“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” (Proverbios 22,6)

Servir con amor en casa sin esperar reconocimiento

🔹 Reto: Lava los platos, limpia la casa, haz una tarea del hogar o ayuda a un familiar sin esperar gratitud.
“El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir.” (Mateo 20,28)

Escuchar más y hablar menos en casa

🔹 Reto: Presta atención plena cuando un familiar te hable, sin interrumpir ni apresurar respuestas.
“Todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse.” (Santiago 1,19)

Hacer una obra de caridad por un matrimonio en crisis, o por la conversión de un esposo prodigo, o hijos alejados del Señor.

🔹 Reto: Si conoces un matrimonio en dificultad, ora por ellos. Ofrece un ofrenda en la iglesia poniendo la intención de la restauración de esta familia.

“Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.” (Gálatas 6,2)

Ofrecer con amor las molestias del día

🔹 Reto: No quejarte del tráfico, el cansancio, el clima o cualquier contratiempo; en su lugar, ofrécelo por la sanación y la paz al interior de las familias.
📖 “Completo en mi carne lo que falta a las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia.” (Colosenses 1,24)

🎁 SEMANA 3: La Confesión (Días 25-32)

✝️ “Queridos hijos, sin la confesión no hay restauración del corazón” (Mensaje del 6 de agosto de 1982 Virgen de Medjugorge)

1. Hacer un examen de conciencia y reconocer mis pecados, especialmente cometidos en el hogar

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos. Mira si voy por mal camino, y guíame por el camino eterno.” (Salmo 139, 23-24)

Antes de buscar la reconciliación con los demás, es necesario mirar dentro de nuestro propio corazón. Dedica un tiempo en silencio para examinar tus acciones, pensamientos y omisiones, especialmente en el ámbito familiar.

2. Perdonar a alguien de corazón

“Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a los demás sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.” (Mateo 6, 14-15)

El perdón es clave en la sanación personal y familiar. Hoy, decide perdonar de corazón a alguien que te haya herido, aunque no lo diga en palabras. Ofrécelo a Dios como un acto de amor.

3. Pedir perdón a un familiar por un error del pasado

📖 “Sopórtense unos a otros y perdónense si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.” (Colosenses 3,13)

Reconocer los errores y pedir perdón fortalece las relaciones. Hoy, da el primer paso y acércate a un familiar con quien tengas una deuda pendiente de reconciliación.

4. Confesarse esta semana y ofrecerlo por la restauración familiar

“Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados.” (Juan 20,22-23)

La confesión es un regalo de sanación. Acude al sacramento de la reconciliación y ofrécelo por la restauración de tu familia y la conversión de quienes se han alejado de Dios.

5. Ayudar a un ser querido a acercarse a la confesión

“Confiesen sus pecados unos a otros y oren unos por otros, para que sean sanados.” (Santiago 5,16)

Si conoces a alguien que necesita reconciliarse con Dios, invítalo con amor y sin presiones a acercarse al sacramento de la confesión. Ora por esa persona y acompáñala si es necesario.

6. Orar por un corazón humilde y arrepentido y visitar un templo jubilar para ganar el jubileo

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” (Salmo 51,10)

La humildad nos permite reconocer nuestra necesidad de Dios. Pide al Señor un corazón sencillo, capaz de arrepentirse y buscar su misericordia. Si es posible, visita un templo jubilar y gana el jubileo.

7. Hacer un propósito concreto para mejorar las relaciones familiares

“Despójense del viejo hombre que está viciado por los deseos engañosos y renuévense en el espíritu de su mente. Revístanse del nuevo hombre, creado a imagen de Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4, 22-24)

El cambio comienza con pequeñas acciones. Reflexiona y establece un propósito concreto para mejorar la convivencia en tu hogar, como hablar con más paciencia, compartir más tiempo juntos o evitar discusiones innecesarias.

8. Rezar por la conversión de un familiar que esté alejado de Dios

“Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan conversión.” (Lucas 15,7)

Dedica un tiempo especial para orar por un ser querido que se ha alejado de la fe. Pide a Dios que toque su corazón y lo acerque nuevamente a su amor.

🕊️ SEMANA4: La Eucaristía (Días 33-40)

🍞 “Queridos hijos, la Eucaristía es la fuerza de la familia” (Mensaje del 25 de noviembre de 1988).

  1. Procurar asistir diario a la Santa Misa y hacer oración de intercesión por las familias. (Juan 6,53-54).
  2. Ver la película el gran milagro o cualquier película eucarística para entender el gran misterio de la santa misa
  3. Acompañar a un ser querido a Misa (Salmo 84,10).
  4. Reflexionar sobre la Pasión de Jesús como muestra de amor (Lucas 22,19-20).
  5. Ofrecer la comunión la unidad y la paz de las familias (1 Corintios 11,26).
  6. Leer sobre el milagro de la Eucaristía en la Biblia (Juan 6,35).
  7. Orar después de la comunión en acción de gracias por las bendiciones recibidas en tu familia (Lucas 24,30-31)
  8. Renovar nuestra entrega a Dios el Domingo de Resurrección (Mateo 28,5-6).
“Divorcio Exprés: ¿Una Solución o una Amenaza para la Familia?”

La Familia: El Corazón de la Sociedad y la Esperanza

La familia es el núcleo más importante de nuestra sociedad. Es el lugar donde se encuentra la esperanza y donde nacen los valores que nos ayudan a vivir en armonía. En la familia se construye nuestra identidad, la solidaridad, y el cuidado de cada uno de sus miembros. Es un espacio donde aprendemos a perdonar y a amar de manera incondicional. La familia es la base de todo, el lugar donde se nos enseña a ser mejores personas.

El Matrimonio y la Familia en Tiempos de Cambio

Hoy en día, la sociedad está cambiando. En Colombia, el Estado se está volviendo más laico, lo que significa que está tomando decisiones que alejan a la sociedad de los principios cristianos que históricamente nos han unido. Por ejemplo, se ha aprobado una ley que facilita el divorcio unilateral, permitiendo que una sola persona pueda decidir terminar su matrimonio. Esta ley, aunque se presenta como una forma de proteger las libertades individuales, debilita la visión del matrimonio como un compromiso serio, como un sacramento que debe durar toda la vida.

La Iglesia, por su parte, defiende que el matrimonio debe ser un compromiso espiritual, un sacramento que no debe romperse fácilmente. La familia, tal como se nos enseña en la Iglesia, es la base de una sociedad sólida y sana, y es el lugar donde se transmiten los valores de la fe, el amor y el respeto mutuo.

El Amor Verdadero en el Matrimonio

En 1 Corintios 13, San Pablo nos habla del amor verdadero: “El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Este amor es el que debemos vivir en el matrimonio. No es un amor que huye ante los problemas, sino un amor que enfrenta los desafíos con paciencia y esperanza. Sabemos que los matrimonios pasan por dificultades, pero en lugar de buscar soluciones rápidas, como el divorcio, debemos aprender a luchar juntos, a perdonar y a confiar en que el amor puede superar cualquier crisis.

El Papa Francisco nos recuerda que “salvaguardar el matrimonio significa salvar a la familia entera”. En Jesús Salva mi Familia, entendemos que el matrimonio no es solo un contrato legal, sino un compromiso espiritual que debemos cuidar con oración, paciencia y amor. Nos comprometemos a apoyar a las parejas que atraviesan dificultades, ofreciendo ayuda a través de la oración y el acompañamiento.

El Divorcio y sus Consecuencias

El divorcio unilateral, que se ha aprobado en Colombia, no es la solución a los problemas de un matrimonio. Aunque algunas personas creen que es una salida fácil, en realidad, esta decisión tiene consecuencias profundas para todos los miembros de la familia, especialmente para los hijos. Los niños son los más afectados cuando sus padres se separan, ya que pierden la estabilidad emocional y el apoyo de ambos. Pensar solo en uno mismo y decir “se me acabó el amor” no es suficiente cuando se considera el daño que esto causa a los hijos, quienes son el futuro de nuestra sociedad.

Es importante reflexionar sobre el impacto que puede tener una ruptura en el bienestar de todos los miembros de la familia. La solución no está en huir, sino en buscar ayuda y soluciones que restauren la unidad familiar. Los matrimonios cristianos deben ser testigos del poder del amor que puede sanar y restaurar cualquier relación.

Buscar Ayuda y Restaurar el Matrimonio

Si estás pasando por una crisis matrimonial, es importante que busques ayuda. Hay muchos movimientos y grupos, como Jesús Salva mi Familia, que ofrecen apoyo y acompañamiento a los matrimonios en dificultades. No tienes que enfrentar solo tus problemas, hay muchas personas dispuestas a ayudarte a encontrar la restauración y la paz en tu matrimonio.

Recuerda que el amor verdadero es un compromiso que debe ser vivido todos los días, no solo cuando las cosas van bien, sino también cuando la vida presenta dificultades. La familia es el lugar donde debemos aprender a perdonar, a ser pacientes y a amarnos mutuamente.

Conclusión: La Familia como el Fundamento de la Sociedad

El matrimonio y la familia son fundamentales para una sociedad basada en el amor, la fe y la esperanza. Si bien las crisis son parte de la vida, debemos aprender a enfrentarlas con fe y a buscar siempre la restauración de nuestras relaciones. Como miembros de Jesús Salva mi Familia, estamos llamados a ser un testimonio vivo del amor de Dios, dispuestos a restaurar y fortalecer nuestras familias. Que cada uno de nosotros sea un faro de esperanza para los demás, recordando siempre que el amor verdadero no tiene fin. Sigamos defendiendo la familia como el pilar de nuestra sociedad.

María Mejía Jsmf-Colombia

Nuestros Valores

Valores de Jesús Salva Mi Familia

En Jesús Salva Mi Familia, nos inspiramos en las Bienaventuranzas para vivir una Fe que transforma y une. A través de estos valores, buscamos ser un faro de esperanza en el camino hacia la sanación, conversión y restauración personal, familiar y matrimonial.

1. Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

En Jesús Salva Mi Familia, confiamos con Fe sincera en la providencia de Dios, que nos envuelve con Su amor y poder sanador. Nos entregamos a su voluntad con el corazón abierto, dispuestos a iniciar un camino de conversión donde el Espíritu Santo transforme nuestras vidas. Solo a través de esta transformación podemos amar con un amor desinteresado, que no busca recompensa, capaz de perdonar y ver a nuestros cónyuges con ojos de misericordia. Ofrecemos nuestro dolor como una plegaria viva a Jesús, como Él nos invita en Mateo 11, 28-30:

“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”

En esta promesa hallamos nuestra fuerza y paz, buscando ser un reflejo de su amor en cada paso de nuestra misión.

2. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

En Jesús Salva Mi Familia, somos una familia de hermanos, unidos en el amor que nace de Cristo. Nos acoge­mos mutuamente en nuestras fragilidades, compartiendo el peso del dolor con un corazón lleno de empatía por quienes sufren crisis o rupturas en sus familias. Algunos miembros que han caminado más tiempo en el ministerio han elegido voluntariamente  poner al servicio de los demás todo lo que han recibido, dedicándose a trabajar por la unidad de las familias. Sabemos que el centro de nuestra vida es Jesús, el Señor de la paz y la reconciliación, y vivimos nuestra mansedumbre como un llamado a ser pacificadores, construyendo puentes de reconciliación en nuestras familias y comunidades. En cada abrazo fraterno, en cada oración compartida, trabajamos para que cada corazón encuentre en Jesús el reposo prometido a los mansos.

3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

En Jesús Salva Mi Familia, nuestros corazones, arraigados en la Fe, llevan una palabra de esperanza a quienes sufren por la desunión de sus familias. A pesar de nuestras propias caídas y errores, buscamos la pureza de un corazón renovado a través de la oración y los sacramentos. En esta búsqueda, encontramos consuelo y fortaleza, como dice 2 Corintios 1, 3-4:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, con la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”

Con esta fortaleza, nos convertimos en faros de esperanza, ofreciendo aliento a quienes atraviesan el dolor, compartiendo con ellos el consuelo que de Dios hemos recibido, y extendiendo su paz a cada alma en busca de alivio.

4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Nos esforzamos por vivir plenamente en un espíritu de oración, fortalecidos por los sacramentos que nos impulsan en la batalla. Mantenemos una profunda fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia, acogiendo sus directrices. Este anhelo de justicia nos guía en nuestra misión de restaurar hogares y familias, siempre impulsados por el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Vivimos la misericordia como un valor fundamental, ofreciendo un amor incondicional y compasivo hacia los demás. Nuestra labor se basa en la comprensión y el apoyo mutuo, reconociendo que en el dolor y en la lucha, la misericordia de Dios se manifiesta y se comparte.

6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Nos esforzamos por mantener un corazón limpio y puro, un jardín sagrado donde florece la sinceridad y la dedicación. En esta pureza de intención, hallamos la fuerza para enfocar nuestra mirada en la misión que Dios nos confía, un camino de servicio y amor incondicional.

Como un manantial de agua cristalina, buscamos que nuestra vida sea un reflejo del amor divino en cada acción.

Con el corazón abierto, dejamos que la gracia de Dios guíe nuestros pasos, transformando cada esfuerzo en una expresión de su amor eterno. En esta pureza, encontramos la claridad para seguir nuestra senda y la paz para servir a Dios y a los demás con un fervor sincero y constante.

En nuestra dedicación a esta misión, resonamos con las palabras del Salmo 51, 10:

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”

Así, en la pureza de nuestro corazón, buscamos ser instrumentos de su amor, mostrando con cada acción un reflejo de su gracia y una luz que ilumina el camino hacia el bien.

7. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Buscamos ser constructores de paz en nuestras familias y comunidades, fomentando la reconciliación y la unidad. Nuestra labor se basa en la Fe en Dios y en la esperanza de que su gracia puede transformar cualquier situación conflictiva en una oportunidad para crecer en amor y paz.

8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

En un mundo donde los valores se han perdido y el matrimonio es visto como pasajero, enfrentamos un escenario de confusión y desvío. Las modas cambian con el viento, celebrando el divorcio y lo provisional, mientras las ideologías contrarias al matrimonio y la vida florecen a nuestro alrededor.

En medio de esta tormenta de desolación, nuestra misión de restaurar matrimonios y familias se alza como una llama de esperanza.

A pesar de las pruebas y desafíos que nos rodean, mantenemos firme nuestra misión con la certeza de que no somos nosotros quienes llevamos a cabo esta tarea, sino que es Dios quien, en Su infinita bondad, realiza la sublime obra de sanación y restauración.

Como nos recuerda Romanos 8, 28:

“Sabemos, empero, que para los que aman a Dios todas las cosas cooperan para bien, para los que son llamados conforme a su propósito.”

En cada dificultad, en cada crítica, confiamos en que nuestra fe en Él transforma corazones y renueva el amor perdido. A través de nuestra dedicación, Dios teje con hilos de paz y gracia divina la unidad de las familias, convirtiendo nuestras luchas en una fuente de esperanza y restauración.

En Jesús Salva Mi Familia, estos valores son la base de nuestro trabajo y nuestra vida diaria. Creemos en el poder transformador de Dios y en la fuerza de la comunidad de fe para enfrentar cualquier desafío, siempre con esperanza, amor y fidelidad a los principios de nuestra fe.

 

 

 

Quiero darle la Gloria a Dios de lo que está haciendo en mi vida!

 

Quiero darle la Gloria a Dios de lo que está haciendo en mi vida!

Buenos días hermanas, soy  de Ecuador y quiero darle la Gloria al Señor a través de mi testimonio y todo lo maravilloso que ha hecho y está haciendo en mi vida.  En abril del 2016 mi esposo se fue de casa, resentido, dolido y decidido a no volver nunca más, después de 13 años de matrimonio. Yo inicié mi lucha con el Señor un mes antes de que él se fuera, lo que me ayudó a entender, pero no a evitarme el dolor profundo y desgarrador de la situación.

   Mi esposo tomó esta decisión, porque yo no fui la esposa cristiana que debí ser; la mayoría del tiempo fui contenciosa, peleona, mandona, usurpé el rol de mi esposo como cabeza del hogar, y además de esto, de los peores pecados que cometí fue, haber puesto como ídolo a mi esposo y haber sacado a Dios de nuestra vidas.

   Durante este proceso, ocurrieron muchas cosas horribles y difíciles, pero en cada una el Señor estuvo a mi lado, me enseñó que cada momento era necesario, que Él y su enorme amor y misericordia, iban a sanar y restaurar mi corazón, el de mis hijas y sobre todo a mi familia.

Un primer recurso que me ayudó a sobrellevar la batalla fue el libro “¿Cómo Dios puede y va a restaurar tu matrimonio?”, en el que entendí que el Señor tenía todo bajo su poder y que primero debía cambiarme a mí, para que lo demás viniera por añadidura. Ponerlo en primer lugar, confiar en Él, creerle y dejar que hiciera los cambios en mí, ha sido indispensable en el proceso.

Luego de un año de lucha, donde solo vi odio de parte de mi esposo, mucha distancia y cero posibilidad de reconciliación, recibí una primera señal: el Señor, empezó a trabajar en Él, después de saber que yo ya era completamente suya y mi corazón le pertenecía. Mi esposo perdió su excelente empleo, tuvo que devolver el departamento de lujo en el que vivía y regresó a vivir donde sus padres. Yo, durante toda esa época siempre declaré que esa permanencia en ese lugar iba a ser temporal y así fue, Dios fue fiel y lo sacó de ahí y lo llevó a a vivir donde sus papás, donde le pedí a Dios que su estancia ahí, sea aún más temporal.

El corazón de mi esposo seguía endurecido, a pesar de la dura prueba que estaba atravesando. Yo por mi lado, parecía que no era la que oraba y entregaba mi vida al Señor, dado que tuve que vivir una tras otra experiencias difíciles y dolorosas; yo sabía que Dios estaba trabajando en mí, cambiándome y haciéndome toda de nuevo, después de pasarme por el fuego una y otra vez. La disposición de mi corazón, ha sido el secreto para que nuestro Amado Padre, pueda obrar.

En agosto de 2017, mi hija mayor tuvo que ser intervenida quirurgicamente y de emergencia, yo sabía que era algo que Dios había permitido para su buen propósito; durante los días en el hospital, mi esposo y yo estuvimos con la nena, dormimos ahí, y convivimos en paz. Ese fin de semana, oré con fe y humildad al Señor, y le dije que no quería pasar un solo fin de semana más sola, que quería e iba a pasar con mi familia, y así, tan bueno y maravilloso, Dios me dio este deseo de mi corazón.

Mi esposo empezó a ir a la casa todos los fines de semana a pasar con mis hijas y conmigo, ya no se las llevó más. Después de unos meses se quedó a dormir en la casa, no en nuestra cama, pero bajo el mismo techo. Yo veía la obra del Señor cada día, aunque las pruebas en la convivencia eran aún más duras; yo decidí creerle a nuestro Amado Padre Celestial y declarar que si me había llevado hasta ahí, iba a terminar la buena obra en nosotros. Yo ya no era la mujer que peleaba y exigía, sino trataba, con la ayuda del Señor, de ser serena, sabia y apacible; además integré a mi esposo a todas las oraciones familiares, él participaba con gusto (cuando antes no quería saber nada, absolutamente nada de Dios), él sabía que nuestro Padre estaba en nuestro hogar y esa paz le conquistaba cada vez más.

En diciembre del 2017, mi esposo después de una conversación decidió que era hora de regresar y se lo comunicó a las hijas; ellas se pusieron tan felices, sabiendo que Dios había respondido cada oración, que nunca fue ajeno a nuestros sufrimiento y dolor. El 1 de enero de 2018, mi esposo volvió a dormir conmigo, me pidió perdón por haberse ido y que dejemos el pasado atrás y empecemos de cero.

Es poquito el tiempo de restauración, pero día a día el Señor hace su obra. Todo lo que vivimos valió la pena; yo no soy la mujer perfecta, mi esposo tampoco, pero ahora tenemos a Jesús en el medio, y sabemos que mientras viva en nuestro hogar (que será para siempre), todo funcionará de acuerdo a su perfecta obra.

Les motivo a creer en las promesas del Señor, Él puede y va a restaurar su matrimonio; no va a ser a través del camino fácil, pero este garantizará la salvación y eternidad a su lado.

Mi esposo y yo, estamos reviviendo todo lo bueno y viviendo lo nuevo que ha está haciendo el Señor. A fin de mes vamos a un retiro de matrimonios, otro regalo de nuestro Dios. Yo decidí creer, obedecer y amar a Dios, Él fue bueno y fiel, al devolverme a mi familia.

Las abrazo hermanas.

Bendiciones y siempre en mis oraciones, hasta ver a cada familia y hogar restaurado.

Por qué donde hay un hilo de tres es difícil de romper

 

Por Qué Donde Hay Un Hilo De Tres Es Difícil De Romper

 


Por qué la Gloria es para ti Señor. El que de la mano me llevaste y nunca me sueltas , por que el camino fue largo con muchas derrotas y tristezas pero a tu lado me levantabas y con más fortaleza en la oración seguíamos adelante, por que tú luchaste por nuestro hogar por nuestra conversión y por nuestro matrimonio. Todo fue a tu tiempo y según tus planes y no los míos.

Y ahora se que tú tienes lo mejor para nosotros, las promesas tuyas Señor son fieles, solo tenemos que tener un corazón entregado a ti y para ti sin apegos humanos un amor sincero por qué el amor humano es imperfecto pero el amor que tú nos enseñas es el real el amor de Dios.

Fueron casi 7 años en el que el Señor trabajó en cada uno por separado y pidiendo primero que todo por la conversión mi y de mi esposo por qué mi corazón siempre anhelaba que mi esposo volviera arrodillado a tus pies Señor y es así como lo has hecho, tú despejaste el camino de toda piedra que estaba en el. Quitando vendas que no dejaban ver, solo tu Señor con tu infinita misericordia haces cosas grandes , por eso nunca desfallezcas , lucha , cree ten fe que Dios actúa . Hoy el Señor ha sido testigo de su obra , un matrimonio restaurado después de casi siete años de estar separados y divorciados un matrimonio que nuevamente ante Dios renueva sus votos y alianza por qué donde hay un hilo de tres es difícil de romper, ahora Señor eres el centro de nuestro hogar y te servimos a ti, grande y maravilloso es el Señor . Sigue orando por ti y por tu hogar.
De nuevo Señor la Gloria y victoria es Tuya.

“Aferrate a Dios y cree en sus promesas”

 

«Aferrate A Dios Y Cree En Sus Promesas»

Los que siembran entre lágrimas cosecharan entre gritos de alegría (sal. 126)
Hermanos el Señor ha demostrado su amor y su misericordia en mi vida y en mi matrimonio…. El Señor ha dado vida a los huesos muertos y ha encontrado lo que creíamos perdido.
Yo crecí en la iglesia, sin embargo no fue hasta mi crisis familiar y personal cuando pude conocer al Señor de verdad y comprender tantas cosas que solo sabía de oídas.
Me case por la iglesia y completamente enamorada, tuvimos a nuestro primer hijo y todo era color de rosa, llego el segundo hijo y las cosas comenzaron a cambiar, la rutina, el trabajo, el estrés, sin darnos cuenta comenzó a crecer una pared entre nosotros, y la distancia se hizo tan grande que una tercera persona consiguió el espacio para entrar….
En el año 2013, estábamos esperando a nuestro tercer hijo, un embarazo de riesgo, tenía todo lo que materialmente se puede desear, una linda casa, carro, trabajo, en fin, parecía que nada faltaba pero realmente lo que faltaba era lo más importante, ese marzo 2013, fuimos de vacaciones y aunque juntos estábamos distantes, entonces llegó la crisis, descubrí que mi esposo tenía una relación con om, fue un golpe duro e inesperado, lo enfrente y él lo reconoció, le pedí que eligiera entre ella o nosotros y el la eligió a ella, se fue de casa y yo comencé mi proceso, tuve que dejar mi hogar por mi estado de salud, pues desarrolle pre eclampsia, me fui con mis hijos de 5 y 2 años a casa de mi madre en otra ciudad a 5 horas de distancia y allí termine mi embarazo, llegó al mundo mi bebe y me toco cambiar, no tenía opción, lo primero fue la depresión, el llanto, y las preguntas el ¿por qué? De todo, sin embargo Dios no respondía como yo esperaba, sino como yo necesitaba, puso en mi camino ángeles guardianes para guiarme, un gran sacerdote, a quien me acerque para confesarme, y me recibió como a la hija pródiga que vuelve a casa me abrió las puertas de la iglesia y de mi conversión, se convirtió en mi guía espiritual por un año aproximadamente, también envió Dios a una psicóloga cristiana, que me apoyo mucho y me ayudo a encontrarme otra vez conmigo misma.. Luego del nacimiento de mi bebe comencé a trabajar en mí, ahora sola con tres niños menores de 6 años, debía trabajar y cuidar de ellos, así que Dios me guio para iniciar una empresa, que al día de hoy aún existe y es una gran bendición, me guio para continuar mis estudios de maestría, los cuales también me hicieron crecer y madurar, pero creo que lo más importante fue guiarme a servir en la iglesia, poniendo mi guitarra y mi voz a su servicio, fueron largos años, en los que mi esposo iba y venía, a veces mejoraba nuestra comunicación y a veces era nula, creo que los más afectaos fueron los niños, pues amaban a su padre, y mantener su imagen de súper papá, nunca contarles nada malo a ellos y no involucrarlos en nuestro problema fue un gran reto. Mis niños pasaron por un psicólogo que les guio en parte del proceso, lloraban cada día y cada noche, hasta que un día cualquiera mi hijo mayor que entonces tenía 5 años se levantó muy contento y me dijo “mami anoche hable con papá Dios me dijo que no llorara más, que el tercer julio iríamos todos juntos a casa”, a partir de ese día mi niño nunca mas volvió a llorar y le levantaba el ánimo a su hermanito cuando lloraba diciéndole que pronto todos volveríamos juntos a casa. Sin embargo el tiempo pasaba y todo parecía empeorar, mi esposo iba de viaje fuera del país, vivía una vida que cada día parecía más alejada de nosotros y se mostraba tan feliz que parecía que todo estaba perdido, un día en medio de mis lágrimas le pregunte a Dios que quería que hiciera y me dormí llorando, entre dormida y despierta recuerdo haber oído una voz que me decía “quítate de su camino”, me desperté con una paz que no podría explicar y trate de cumplir lo que Dios quería, así que me concentre en mi trabajo, mis estudios, mi servicio parroquial y sobre todo en mis hijos, un día el Señor me dio una promesa en Sofonías 3 14-20, esto me sostuvo durante los años que aun faltarían para ver realizadas las promesas del Señor, en el final del 2016 mi esposo tuvo un falso regreso, comenzamos un noviazgo, pero al llegar navidad todo se desmorono, me dijo que era imposible para el seguir conmigo pues no sentía nada por mí, me decepcione en gran manera y para comienzos de 2017 me encontraba tan confundida que decidí darme la oportunidad de conocer a otros chicos, tuve algunas citas pero me sentía cada vez más desorientada, mi sacerdote me pidió que tomara unos talleres de formación para catequistas como parte de mi proceso de crecimiento y para prestar mejor servicio, y allí en uno de los talleres, un día cualquiera del mes de marzo toco una charla sobre los dogmas marianos, al final la encargada de la charla sacó de su bolso un paquete de tarjetas con diversas advocaciones de la virgen y al azar comenzó a darle una a cada participante, sin embargo al llegar a mí se detuvo y miro la tarjeta, la devolvió al paquete y comenzó a buscar entre todas las disponibles, hasta encontrar una de la virgen de Chiquinquirá, la tomo y me dijo: “ esta es la que el señor quiere darte” (aclaro que esta señora nunca me había visto y luego de ese día no volví a verla, fue un ángel de Dios) y cuando la vi las lágrimas brotaron de mis hijos pues nuestro matrimonio se realizó en la basílica de nuestra señora de Chiquinquirá, ella me abrazó y me dijo no sé lo que esté pasando en tu vida pero aférrate al Señor y cree en sus promesas, él lo ha dicho y lo cumplirá. Luego de allí pasaron algunas pequeñas cosas que fueron acercando a mi esposo, yo entonces estaba entre disfrutar la compañía de OH que me decía cosas lindas y me hacía sentir especial o la compañía de mi esposo que era cada vez más seca y que yo ya no quería, pero sabía dentro de mí que era lo que Dios quería. Hay un detalle muy importante que no puedo dejar pasar por alto, al principio de mi búsqueda encontré la página de Jesús salva mi familia y allí hice grandes amigos, luego de un tiempo la página presento problemas y perdimos la comunicación, así que crearon un pequeño grupo del chat y me invitaron, estas hermanitas han sido mis mejores amigas, mis hermanas de la fe y especialmente mis compañeras de oración…
Para el mes de junio recibí un informe de mi psicólogo que me decía que los niños necesitaban la imagen paterna para mejorar sus problemas, yo estaba realmente preocupada por ellos, así que en la visita de mi esposo tome valor y me senté a hablar con él, le dije que yo respetaba su libertad y le deseaba lo mejor, pero que los niños necesitaban una figura paterna y yo un esposo, por lo tanto, si él no quería tomar ese lugar yo conseguiría a alguien que deseara hacerlo y que todo seguiría igual pues el seguiría siendo el padre de los niños y podría visitarlos cuando así lo deseara, mi esposo no me contestó nada, sin embargo el día siguiente antes de partir me dijo que se esforzaría por ser un mejor padre y pasaría más tiempo con los niños. Y a partir de allí el cambio comenzó realmente, llamaba a diario, me buscaba conversación y ya para julio para mi cumpleaños vino de visita para estar conmigo, me pidió volver a intentar un acercamiento, yo no supe que decirle, sin embargo unos pocos días después tenía la defensa de mi tesis y comencé a tener problemas con mi carro y mucho estrés, el mostro mucho interés y viajo para apoyarme con mi tesis y me pidió volver a nuestra casa para pasar unos días de vacaciones con los niños, solos y en paz, el 23 de julio de 2017 todos juntos volvíamos a nuestro hogar para unas cortas vacaciones, pero al estar cerca de mi casa llegó a mi mente aquello que un día mi hijo me dijo “ que el tercer julio volveríamos todos juntos a casa” habían pasado 3 años desde aquel entonces y estábamos en el carro, todos juntos en el mes de julio llegando a casa…. Esos días fueron maravillosos me llevaba a todas partes, me presentaba como su esposa, se mostraba como el hombre más feliz del mundo por estar con su familia, y cuando ya las vacaciones estaban por terminar hablamos y me dijo que quería que estuviéramos todos juntos otra vez…. Decidimos buscar escuela para los niños y si lo lográbamos pues nos mudaríamos y así fue, de una forma sorprendente Dios abrió las puertas y encontramos escuela, cuando hablamos con los niños estaban muy felices y debo decirles que ya el próximo 23 de julio cumpliremos un año de haber iniciado nuestro proceso de restauración…. Porque para Dios no existen los imposibles, la vida no es muchas veces como quisiéramos pero con Dios es siempre lo mejor. Pude conocerlo, cambiar y hoy por hoy decirles que soy un apersona completamente diferente.
¿Qué cambio? Podría decir que todo, comprendí que yo no tengo el control, aprendí de los múltiples errores que cometí en el pasado, me di cuenta de que servir en la iglesia es un privilegio, pues aunque nunca pagare todo lo que Dios ha hecho, está haciendo y hará en mi vida, puedo al menos darle gracias y ayudar a otros a encontrarse con él. Siento que nada está terminado, que por el contrario cada día estoy escribiendo una nueva página de mi historia y disfrutado de las bendiciones cotidianas.
¿Oraciones? Al principio creía que a fuerza de mucho rezar haría que Dios cambiaria a mi esposo y lo regresara a casa de una vez, poco a poco aprendí que orar es hablar con Dios y empecé a experimentarlo, el rosario es ya una parte de mi día a día, la biblia la leí completa, primero buscando respuestas y luego poco a poco enamorándome de Dios y su palabra, tome clases de biblia, de oración, de kerigma, busque un guía espiritual, y aprendí que lo ideal es buscar el reino de Dios y todo lo demás llegará por añadidura. Ahora canto y a través de la música sé que oro dos veces como dice san Agustín.
Ya para cerrar les diré que Dios nos ama, ama a las familias y está en el trabajo de restáuralas, solo falta que una de las partes le crea sus promesas y camine en fe, un día a la vez, aunque no vea nada…. Dios hace posible lo que para nosotros es imposible.

si no hubiese sido por esta experiencia jamas hubiera conocido al amor de mis amores, a Jesus!

 

si no hubiese sido por esta experiencia jamas hubiera conocido al amor de mis amores, a Jesus!

Hoy después de 5 años recuerdo esta experiencia con agradecimiento y mucho amor, es la experiencia que cambio mi vida y la de los míos, que aunque dolió y vivi en el desierto, me permitió sacar lo mejor y lo peor de mi, pero si no hubiese sido por esta experiencia jamas hubiera conocido al amor de mis amores, a Jesus!!.
Hace cinco años estaba en un infierno, un infierno en el que llevaba hace muchos años y que yo no entendía, pero que finalmente una tarde gracias a la misericordia infinita de Dios, pude entender. Mi vida era como una guerra, no sabia ni entendía nada de lo que me pasaba ni a mi, ni a mi esposo, ni a mi familia y mucho menos a mi matrimonio.

Me negaba a aceptar que todo se había acabado, que mi matrimonio, que el amor de mi esposo hacia mi ya no existiera. Se había convertido en una persona extraña, a la cual ni siquiera conocía ya. Hoy en día le doy gracias a Dios de que hubiera permitido este d errumbe, pues nunca edifiqué sobre su piedra, nunca lo hice parte de mi familia.

Así que mi castillo de arena se esfumo en un segundo. Aquel 29 de enero de 2013, me entere lo que ya mi corazón sabia, pero que mi cabeza, mi alma y todo mi ser se negaban a aceptar, mi esposo tenia una amante, estaba enamorado de ella, yo no existía en su vida y lo peor de todo es que su amante era la persona que después de mis hijos yo mas amaba en la vida, mi hermana del alma. Ese día se fue de la casa, insulte, renegué, llore, no podía con mi dolor, la decepción, la desilusión que sentía era el doble y se me acabo la vida. Cada día mi odio aumentaba, mi rencor hacia ellos y empece a hacer planes para vengarme.

Pero Dios en su inmensa misericordia me empezó a poner instrumentos para conducirme por su sendero. Primero hice Emaus, luego conocí a los que hoy en día son mis grandes amigos, quienes a través de la oracion me permitieron fortalecerme y a quienes Jesus utilizo para hablarme y darme las directrices de qué debía hacer para que restaurar mi familia. Con ellos un padre me recomendó a JSMF, leí todos los testimonios y los libros que recomendaban, pero hubo uno que me ayudo demasiado, el poder de la esposa que ora, fue increíble lo que ese libro me enseño. En ese desierto y al conocer a Jesus, primero yo, luego mis hijos, mis papas, una de mis hermanas, luego la que había sido la amante de mi esposo, la familia de ella( su esposo y sus tres hijos) y por ultimo mi esposo, empezamos el proceso de conversión.

Ore inmensamente y mis dos pilares fueron mis dos hijos, quienes se unieron en mi oración, hasta que todos poco a poco fuimos llegando a la casa del Señor. El perdón fue clave en todo este proceso, aunado a la oración y a la conversión de corazón. El proceso fue largo, sobre todo el de mi esposo, pero Dios todo lo puede. Nadie creía que la restauración fuera posible, él paso por varias relaciones, dinero, mujeres, todo se lo daba esa porqueria, pero frente al poder de Dios no hay quien se resista. Hubo dias de desolación total, en donde pensaba que nunca se iba a dar la restauración, pero Jesus me decía, solo mírame a mi, no veas las tentaciones del mal que quieren hacerte creer que yo no cumplo.

Así que le creí y confié ciegamente en él. Poco a poco todo empezó a cambiar, mi esposo y yo empezamos a acercarnos como papas, a viajar en las vacaciones, a compartir fines de semana, hasta Dios me saco del Pais para que se diera lo prometido. Y asi es como hace 9 meses quede en embarazo de una niña, tengo dos hijos hombres de 17 y 11 años. Me parece aun mentira, y este ha sido el pegamento que Dios puso para edificar nuestra familia. Primero tumbo todo, saco escombros del suelo y luego puso las piedras de él y empezó a construir nuestro castillo. Hoy en día somos una familia católica, sabemos los peligros de la nueva era (en la época en que todo se contamino, mi familia se metió en nueva era) sabemos que sin Dios no hay vida, él es la protección que tenemos mas grande en este mundo, un mundo que yo llamo el cartucho, lleno de contaminación y peligros en el que construimos un palacio de cristal pero que con la armadura del cielo lo protegemos de todo y sabemos que sin él, nada es posible.

Confíen, oren, resistan, persistan y no desistan!! Que cuando más oscura esta la noche, más cerca esta el amanecer.

Dios los bendiga y espero que con mi testimonio, se encienda la llama de la esperanza en muchos corazones.

El que persevera alcanza!!!

El poder del Santo Rosario en mi vida

 

El poder del Santo Rosario en mi vida

Hola  hermanos, quiero compartir 2 anécdotas del poder del Santo Rosario en mi vida y en mi familia.

En 2.003 veía a mis padres discutir frecuentemente y mi padre decidió irse de la casa cuando la situación era más insoportable, todos nos alegramos mucho de que se fuera, hasta que la ausencia de mi padre quebró a mi madre y al estar ella tan destruida en su corazón, una amiga de la familia que quería ser monja, nos propuso hacer el rosario nosotras 3 todos los días. En medio del sufrimiento comenzamos todos los días a hacer el rosario  en voz alta con mucho dolor, al cabo de 15 días mi padre regresó pidiendo perdón.  Mi padre había tenido un sueño donde Jesús y Satanás peleaban por su alma y Satanás había ganado, mi padre regresó a decir que estaba viviendo con otra mujer, pidió perdón de rodillas, el sueño lo asustó profundamente y regresó a vivir con nosotros, porque supo que el tema no era tanto el matrimonio, sino su alma la que estaba en peligro por el pecado de adulterio en  el que estaba. La restauración ha sido tremendamente lenta, pero mi Padre supo que al ir con otra mujer, diferente a mi mamá, era entregar su alma a Satanás. Esta restauración es gracias a la Virgen que ha intercedido por nuestra familia y quiere salvar su alma.

La siguiente anécdota en el  año 2013. Mi esposo y yo estábamos atravesando una  crisis económica muy fuerte y las cosas  entre nosotros comenzaron a andar muy mal, mi esposo comenzó a ingerir mucho licor, mi esposo no paraba en casa y yo no podía comprenderlo. Una noche soñé que Satanás me sacudía por toda la habitación, zarandeaba mi cuerpo contra las paredes, me lastimaba y en el sueño me asusté mucho,  y comencé de rodillas a rezar  el  Santo Rosario en voz alta con muchas personas y alguien ponía polvo blanco en mi boca para que no rezara, Satanás no quería que yo rezara.

Las cosas en mi matrimonio cada vez estaban peor y yo no comprendía que estaba haciendo mal, pero iba a la Catedral, cada día a hacer el rosario en voz alta con muchas personas, en horario de 11:30 am y después asistía a la eucaristía todo por mi matrimonio, no comprendia porque estaba tan mal.

En la pascua de 2013, decidí arriesgar en Dios y asistir a la Pascua del camino catecúmenal, yo que no me desprendía de mi hijo, pude pedir a alguien que me ayudara a cuidarlo  y pude ir. Mi esposo estaba desaparecido esa semana y no sabía donde, ni con quien estaba. Yo necesitaba ir a la Iglesia y vivir la Pascua de Semana Santa, para tomar fuerzas. El Domingo de Resurrección, me llego el link de un libro a mi mail, ” Como Dios puede restaurar tu matrimonio”  era una guía completa y paso a paso  mostraba los errores que cometemos las esposas y  por que los esposos se refugian en otra mujer. Jamás paso por mi mente, que mi esposo tuviera otra mujer. Sin embargo, pude comprender la cantidad de fallas que yo estaba cometiendo, invadiendo su privacidad en correos, celular, celandolo y peleando por todo, etc.

En el libro pude ver quien era yo y como lo estaba enloqueciendo y haciendo su vida un infierno por mis celos y peleas constantes, este libro es uno de los tesoros mas grandes que Dios me ha dado. Cuando mi esposo apareció, no discutí con el, pedí perdón por todas mis fallas como esposa, por hacer su vida imposible y comenzó  desde allí un cambio en mí. Todo estaba por comenzar, sin querer empezaron a llegar a mi correo personal mensajes entre mi esposo y otra mujer con nombres, detalles, cada día llegaban todos los mensajes de todo lo que hablaban ellos, planeaban irse del país, porque estaban muy enamorados. En esos días, yo cumplía años y mi dolor era tanto, que constantemente pensaba en la muerte, mi refugio era la Iglesia, orar en voz alta *el rosario* y la Eucaristía, seguir el libro al pie de la letra. Sabía que mi esposo estaba enamorado de otra persona, es la época más dura hasta ahora. Yo empecé a hacer un rosario en la mañana, cuando mi hijo se iba al colegio, lloraba pidiendo a Dios que no me permitiera quitarme la vida, luego a medio día iba a la Catedral pidiendo a Dios que ayudara a mi esposo a salir del adulterio. Recibí en la Iglesia la inspiración  de  formar un grupo para rezar el santo rosario. Reuní un grupo de vecinos en mi casa, cada uno oraba por sus necesidades, pero al orar todos en voz alta, yo lo hacía por mi esposo. La gran batalla mía fue más contra el suicidio, contra el adulterio de mi esposo, mi vida ya no tenía sentido, el estaba enamorado de otra mujer y el matrimonio es hasta que la muerte nos separe, me sentía condenada a muerte.

No faltaba a la eucaristías y hacía los 3 rosarios, todo esto era una necesidad, no me había mandado nadie, era algo que mi alma anhelaba, luego una lectura de la Biblia hablada de como el demonio pedía permiso a Satanás para Sacudirnos y el Señor oraba por nosotros para no perder la fe, ahí comprendí el sueño. Me aferré al Señor con todas las fuerzas, esto era por mi alma y mi vida, aunque pedía a Dios por mi esposo que saliera del adulterio, mi esposo se fue a vivir con la otra mujer, pero mi alma ya había encontrado de donde sacar fuerzas.

En estos días, no falte a la Eucaristía ni a los rosarios, mi hijo cada noche lloraba porque su papá no había vuelto y con sus lágrimas y de 4 añitos de edad, el rezaba a Dios por su padre cada noche para que regresará, hasta que finalmente regresó a casa.

Todo había sido anunciado por ese sueño, donde había sido zarandeada tan fuerte como nunca en mi vida, el dolor más grande pero Jesús y la Virgen siempre estuvieron conmigo. Mi esposo regresó anhelando una familia unida. Yo no he hecho preguntas, porque no quiero saber nada de la otra persona, pero  de esta experiencia me ha quedado apoyarme siempre la Eucaristía y el Rosario, en cada batalla que se sigue presentando y seguir orando cada noche con mis hijos, por la conversión de mis pecados, de los pecados de mi esposo, todo en función de nuestros hijos y de nuestra familia.

“Jesús necesito que sanes mi corazón”

«Jesús necesito que sanes mi corazón»

Hola hermanos

Me doy cuenta del amor de Dios tan grande por mí y que jamás me ha dejado sola, siempre ha estado a mi lado, siempre ha estado ahí muy cerquita  de mi corazón. Fui yo quien se salió del camino y lo aparté de mi vida, pero El mismo fue por mi y me rescató.

Bastó solo abrir mi corazón para recibir tanto amor, compasión, compañía y tantas bendiciones.

Fui a un desierto que duro mas de 10 años, muchos problemas, peleas, conflictos familiares, intrigas, etc. Lo perdí todo, me enferme gravemente, estaba alejada de mi familia de sangre, mi esposo se fue de casa, profesionalmente no me desarrolle por dedicarme a mi hogar y por el trabajo de mi esposo. Hice un ídolo de barro en  mi esposo, al punto que me quede sin amigos, sin familia y me quede completamente sola, mis hijos eran muy pequeños. No tenia dinero propio, no tenía ahorros, lo que Dios me daba económicamente a través de mi esposo. Sentí que lo perdí todo, solo me rodeaba en aquel momento la soledad, dolor e incertidumbre.

En aquellos momentos de tristeza, soledad, angustia, yo sabía a donde acudir por la semilla de la Fe que sembraron en mi corazón desde temprana edad, en el seno de mi familia. Muchos veces  fui al Santísimo con mi corazón destrozado, y muchas veces sentí que mis oraciones y suplicas eran en vano, que Dios no me escuchaba.

Pero el Señor  de manera sorprendente  salió a mi encuentro a consolarme, a mimarme, a susurrarme al oído y estos encuentros los materializó con palabras dulces, con un mensaje especial para mí en una homilía, con una palabra de aliento o un abrazo de una persona, en consejería con mi confesor, con la visita de alguien especial, con las palabras dulces de mis hijos, o con promesas a través de su palabra.

En momentos de aridez espiritual, es increíble como con tanta suavidad renueva mi corazón y vuelvo a sentir ese amor especial de Dios por mi y mi pequeño y limitado amor por El.

Son muchos los testimonios que puedo contar de como he sentido la presencia viva y real cuando he ido en busca de Dios, en especial en mi crisis matrimonial y separación, cuando he necesitado de El, cuando he tenido una necesidad física, material o espiritual o simplemente he ido a visitarlo en el Santísimo. Al ver cada respuesta solo puedo sentir un gozo inmenso de sentirme la hija mas pequeña, mas amada de papito Dios.

Recuerdo en especial un día, recién separada, que mi esposo se llevo los niños y me quede sola en mi casa. Comencé a llorar amargamente, y sentía un vacío y un dolor profundo en mi corazón, me sentía morir en vida. Llevaba sin dormir 2 o 3 meses, ya no podía del agotamiento físico, me dolían los huesos, el estomago y no se donde queda en mi cuerpo el alma, pero era tan grande ese dolor, que puedo asegurar que me dolía el alma.

Cogí mi carro y sentí que debía ir a internarme en una clínica, quería descansar, quería dormir y olvidarme de lo que estaba viviendo y despertarme de esta pesadilla y que nada de esto hubiera pasado, pero el Señor me desvió para un santuario, me desvió a su casa. Solo recuerdo que le dije, Señor necesito que me sanes, no puedo mas!. Me arrodille frente al Santísimo y frente a la Virgencita y cerré mis ojos y de rodillas me quede dormida. Llegue tipo de 10 am y yo muy lejos escuchaba 1 eucaristia, la siguiente, la siguiente, la siguiente…no me quería parar de allí, pues en medio de mi sueño sentía paz y sosiego. Cuando abrí mis ojos, me sorprendí porque estaba todo muy oscuro y cuando mire el reloj eran mas de las 8 pm. Había pasado 9 horas de rodillas y dormida, como era esto posible?. La Iglesia estaba casi vacía, iban a cerrar, pero no puedo describir con palabras como salí renovada de allí.

Creo que el Señor este día me hizo cirugía de corazón abierto, nunca mas en mi vida volví a sentir ese dolor sin esperanza y a partir de allí, comencé a frecuentar el Santísimo y era increíble como llegaba triste y salía con paz. No hay otro lugar donde sanarse que no sea de rodillas frente a Jesús.

Hoy le pido  papito Dios que cada día quiero conocerlo  mas y enamorarme perdidamente de El. Quiero pedirle que siga abriendo mi corazón y que si todavía hay dolor, o cosas que no haya sanado, vuelva a hacerme cirugía de corazón abierto. Si aun no he perdonado, me perdone a mi primero y transforme mis faltas de perdón en amor. Y solo quiero de aquí en adelante vivir para El y en El.

No se cuando llegue mi restauración matrimonial, se que llegó primero mi restauración personal y todo será para su Gloria en el día que Dios lo disponga.