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“Soy un gran testimonio primero mi vida y después nuestra restauración matrimonial”

“Soy un gran testimonio primero mi vida y después nuestra restauración matrimonial”

Para Gloria de Dios yo soy un gran testimonio primero mi vida y después nuestra restauración matrimonial.

   No conocí a mis padres biológicos, me regalaron a la edad de tres años, me rescataron de maltrato infantil. Mi familia adoptiva, era un matrimonio que no tubo hijos, yo llegue a formar parte de una familia de tres, pero muy feliz. Mi papa fallece de cáncer, yo tenis escasos 17 años, fue fuerte pero salimos adelante mi mamá y yo.

Para no quedarnos solas, nos trasladamos a vivir en casa de mis abuelos, cambiando drásticamente para mi la comodidad de mi hogar. En casa de mis abuelos ( por parte de mamá) todo era armonía, fallece mi abuela, nos dedicamos de lleno a cuidar a mi abuelo con principios de pérdida de memoria.

Era pesado estar con mi abuelo y en  este tiempo es cuando yo conozco a mi hoy esposo, el fue mi cómplice amor y amigo. Duramos de novios casi diez años, el estudiaba y trabajaba, yo me veía casada y con hijos a su lado, entonces fallece mi abuelo  y mi mamá decide que es tiempo de regresar a nuestra casa y en ese momento decidimos  casarnos Sergio y yo por civil y  por la Iglesia. Ahí creí que por fin encontraba la felicidad y así era 9 meses después, fallece mi mamá.

Mi mundo se desmorona y más cuando me dan la noticia que posiblemente no pueda tener bebes.  En este momento  de dolor y  tristeza  y  de mucho enojo por lo que estaba viviendo,  le dije a Sergio ” si tu quieres un hijo búscalo con alguien más”, el dijo “un hijo no es primordial, yo te amo igual con o sin hijos”.  Hoy sé que habló mi ignorancia Espiritual, pues soltera yo pertenecí al grupo de jóvenes en mi parroquia,  luego me aleje de la Iglesia por comodidad e ignorancia asistíamos a misa dominical  solo por cumplir después ya ni eso.

Después de 12 años  de estar juntos,  empezamos tener diferencias pequeñas, disgustos nunca llegaron a insultos ni mucho menos golpes. Las discusiones frecuentes eran por que el conoció una mujer que el ayudaba desinteresadamente según el ella quedó embarazada de su novio y mi esposo estuvo al pendiente de su amiga hasta que nació una niña. Ella nos pidió que si queríamos ser los padrinos de bautizó yo acepte no muy convencida, pero así creí que no pasaría a mayores la amistad desinteresada de ambos. Después del bautizó, empeoro su trató conmigo, todo le molestaba, llamaba a escondidas, no tenía tiempo para mi, todo era “trabajo’ y los fines de semana amigos yo no tenía con quien refugiar mi dolor y tristeza, así que hice lo que tiempo atrás me enseñara mi mamá y abuela rezar pero era una oración vacía, una oración condicionada.

Al cabo de poco tiempo,   mi esposo llego con la noticia que se iba, que ya no soportaba más, que todo había terminado, sentí como un frío recorría mi cabeza. No se cuanto tiempo llore, y  me di cuenta que sola no podía y volví a la Iglesia con más frecuencia, a asistir a la santa misa, a rezar el  rosario diario.

A mi esposó no lo deje de ver , ni de llamarle, eso nos ayudó mucho,  así que cuando me pidió regresar no lo pensamos dos veces. Fuera de casa solo duro seis meses, pero para mi fue una eternidad.

Volvió, pedimos ayuda Espiritual y de familia, en este caminar conocimos a tantas y tantas personas que nos han ayudado a seguir hoy. Los dos seguimos caminando rumbo a donde nuestro Amado Padre nos lleve, ya son cinco años de estos nuevos vinos.

Dios es perfecto y cumple sus promesas

Dios es perfecto y cumple sus promesas

A todos las soldaditas y soldaditos un feliz año que Dios los colme de bendiciones, amor, esperanza que sigan en la lucha por sus familias no desfallezcan. Dios es perfecto y cumple sus promesas. Después de 15 años de un matrimonio muy feliz y ser envidia de muchas personas q veían nuestro amor y de tres meses de fallecida mi amada madre, mi esposo me dijo: ya no te quiero!, nunca te he querido! todo ha sido una farsa, me quiero separar de ti y se fue, nunca pensé q eso me pudiera pasar algun día pero paso, mi vida se empezó a desboronar, todo se convirtió en caos pero el orgullo la rabia y el dolor hizo que el enemigo intentara poseerme, en esos momentos varias soldaditas  y el padre Mariuz aparecieron en mi vida, a quienes les agradezco infinitas veces y no dejaron q me fuera por otro camino que el de mi conversión, fue un proceso lindo donde aprendi a conocer verdaderamente a nuestro señor, hoy después de 3 años soy testimonio del amor de Dios.

Por eso les digo no crean sino en Dios el todo lo puede para el no hay nada imposible. Soy muy feliz, al lado de mi esposo, aun seguimos en la lucha pero de la mano de Dios. Alabado seas mi rey de reyes.

Yo deje mi hogar por otro hombre

 

Yo deje mi hogar por otro hombre

PRIMERA PARTE:

Hola! Desde ayer estoy por escribirte, el caso mío y el de ustedes no es igual, pero te contaré un poco, sólo de mi depresión.En el 2012 yo hice lo que nunca pensé podría hacer. Llevaba 2 años separada de mi esposo y me fuí de la casa y me mudé con mi chofer, cuando hice eso, waooo….. el mundo se me vino abajo, mi mamá, mis hijas, mis hermanas, todos dejaron de hablarme, mamá María puso en mi pensamiento hacer el rosario, además estaba enferma. Dios me ayudó y después mi esposo me encontró con esa persona y al encontrarme mi esposo, “era lo que necesitaba para salir de ese problema en que yo solita me metí” y yo también le dije a mi esposo que me había “enamorado.” Waooooo cómo yo destruí mi hogar, me quedé en la calle, sin familia, con mi hijo en las drogas, enferma, y aprendí a hacer el rosario (la Virgen a mi me predicó) Bendita mi mamita María.

No había dinero, ninguno de los dos tenía  en efectivo y se vació un apartamento y él me lo dió y me mudé y seguí haciendo rosarios y “lo otro terminó” y volví a sólo pensar en mi esposo y sólo tenía la cama.

Entré en depresión y seguía haciendo el rosario sin mucha fe, un miércoles de una de tantas semanas, llegó tan fuerte mi depre que me iba a suicidar, pero Dios mandó un Ángel a mi vida, un Ángel virtual, a mi cuñada y ella me sacó de ese momento, porque le pedí ayuda, porque Dios y la Virgen no querían que lo hiciera y para la Gloria y Honra de Dios.

No he vuelto con mi esposo (no creo que me perdone) pero toda mi familia la recuperé, mi hijo salió de las drogas, recuperé mi salud, me conectaron de nuevo y mi esposo durante 6 días de operación e internamiento no se separó de mi, el dinero volvió a fluir y muchas más bendiciones que no acabaría hoy de contarte.

PON DE TU PARTE, DIOS ES UN DIOS DE ORDEN, TÚ ERES LA NIÑA DE SUS OJOS, AUNQUE TE CUESTE SIGUE HACIENDO TU ROSARIO, VE AL SANTÍSIMO Y TU PADRE ES EL *REY DE REYES*….. TU GUARDIÁN NO DUERME, NI REPOSA, NO LE DES LARGA A LA DEPRE, NO TOMÉ PASTILLAS PORQUE DIOS SIEMPRE FUÉ Y SIEMPRE SERÁ MI MÉDICO, EL AMOR DE MI VIDA Y A ÉL PERTENEZCOOOO.

SEGUNDA PARTE:
Hoy siento que tengo que hablarles, yo le hice a mi esposo todo lo que sus esposos les hacen a ustedes y más porque el ego del hombre es más fuerte, mi esposo en esos 2 años el iba a la Iglesia y ese era su refugio (no comulga ni sabía lo que hacia) pero iba y sé que pedía por mí y sus hijos (mientras yo estaba en el mundo en bariatica y cirugías estéticas) y “Dios me dió un solo jalón.”

Bendito sea Dios!!! Y me llevó a sus Pies y me hizo promesas, Dios desde que pido me responde, muchas se han cumplido otras se cumplirán a su tiempo.

Dios me perdonó, a mí me ha costado perdonarme y mi esposo pienso que nunca lo hará, Dios sabrá!! A Él se lo he dejado.

Pero ya no hay depresión, en mi vida tengo un gozo EL AMOR DE DIOS.
Llevo mi cruz y se la ofrezco a Él, me ayuda a cargarla y hoy día estoy gordísima y en una edad madura, sin embargo, todos me ven bonita y joven, porque no es a mí que ven, es a Él que habita en mí.

*FUERAAAA, FUERAAAA ESA DEPRESIÓN, QUE TIENES A UN DIOS PODEROSOOOOOO!!*

Dios cumplió la promesa que me había hecho, restaurar mi familia

 

Dios cumplió la promesa que me había hecho, restaurar mi familia

Hola hermana JSMF.  Hace unos cinco años hablamos, cuando me acababa de separar de mi esposo, hacia parte del chat de Jesus Salva mi Familia, estuve en un evento que hicieron en Bogotá y bueno me leí y releí la página de Jesus Salva mi Familia. Los testimonios, los libros y todo el apoyo que en silencio recibí del grupo cada día me fortalecían mas y mas. Hace dos años vivo en Argentina, me vine con mis dos hijos y fue en este lugar donde Dios empezó a cumplir la promesa que me había hecho, restaurar a mi familia.
Fueron cinco largos años, con alegrías, altibajos, tristezas, esperanzas, pero por sobre todo conociendo a mi gran amor, Jesús. Hace 8 meses mi familia se restauro y estoy embarazada. Mi bebé nace en los próximos meses, mi esposo esta feliz y Dios me lo entrego renovado y con una fe en El enorme.
Esto ha sido maravilloso, ya que él no era católico y mis hijos tampoco iban a misa, ni eran creyentes. Hoy en día Dios hace parte, pilar y centro de nuestras vidas y esa es la mejor enseñanza que hemos logrado obtener de esta experiencia.

“No te impacientes por lo que vas a hacer hoy, porque será el comienzo de tu victoria”

 

“No te impacientes por lo que vas a hacer hoy, porque será el comienzo de tu victoria”

Queridos hermanos,

Tengo una hogar hace mas de 15 años en el cual tenemos dos hijos, vivía en una pequeña ciudad y mi esposo por cuestiones de trabajo vivía en una inspección a pocos kilómetros, por la cercanía nos veíamos cada dos o  tres días, al cabo de unos años, mi esposo fue trasladado a un lugar mucho mas apartado  a mas de 8 horas de camino, impidiendo en gran medida que nos viéramos seguido y nos tocara por cuestiones económicas vernos cada mes. A los dos meses de encontrarse en esa nueva ciudad, la cual visite por tres ocaciones, y sin ninguna explicación,  me llamó, y me dijo que todo se había acabado, que ya no me quería y que necesitaba el divorcio, yo quede paralizada , nuestra relación pasaba al parecer por un buen momento y no tenia yo ni idea de lo que estaba pasando.

 

Sin embargo no dije nada, ya que el se encontraba muy irritado y muy altanero , y preferí evitar discusiones, pero me arrodille en ese momento y le pedí al PADRE, que me diera una explicación , que yo no sabia nada  y que estaba muy mal emocionalmente, por esos días me encontraba leyendo el libro de Ester, y tome la desición de ayunar por tres días y dirigirme ante mi esposo, no buscando explicaciones sino dirigida por el espíritu santo, efectivamente fui y hable con el con mi cabeza en alto y organizamos la parte económica ya que en pocos meses nos entregarían la casa que era nuestro gran sueño.  Días mas tarde empezó mi calvario tuve que vender todo lo que tenia y salir de esa ciudad con lo poco que logre recoger, con mi hija , ya que mi hijo había viajado a otra ciudad a estudiar, y enterarme que mi esposo ya convivía con otra mujer, que cuando llamaba era solo para insultarme, y que solo me humillaba para sentirse bien…pero lo mas maravilloso que Dios me pudo regalar fue esa paz sobrenatural que solo el puede dar, esa paz que si existe, la viví y es lo mas grande que me pudo pasar.

Volviendo al tema, mi esposo quiso quitarme la menor de mis hijas, me hizo la guerra de muchas formas me humillo de mil maneras, y yo siempre corría al padre para refugiarme en El.

No conteste ninguna provocación que mi esposo me hizo para pelear o discutir, yo me sentía tan tranquila, que solo me reía de lo que el enemigo me hacia atravesar de mi esposo, pero Dios estaba en silencio, no escuchaba su voz, solo sentía su presencia y eso me reconfortaba.

Pasados 5 meses empece a ver a mi Padre obrar, no tenia empleo pero suplió en gran manera mis necesidades, y empece a sentir su voz que me decía … “Si crees veras la Gloria”… yo no entendía lo que pasaba, yo veía a mi esposo feliz, y hasta llegue a pedirle a Dios que si el era feliz que lo dejara allá, pero el instistía en que creyera, así duramos unos meses mas yo con mi paz y Dios hablándome con esa voz que solo se siente con el corazón, durante esos meses nos toco hacer el proceso de la casa, y sin que yo moviera un peso mi esposo decidió que la casa era para nosotros y que de paso el me la iba a amoblar de todo lo necesario, durante este tiempo viví con un familiar, se hicieron los tramites y yo vi que la actitud de ese varón iba cambiando y que esa  felicidad no era tan  cierta y que sus palabras tenían un gran dolor. Por esos días, Dios me puso a orar por esa mujer,  yo no sabia que orar , ella me había hecho mucho daño, pero no podía dormir en las madrugadas y me tocaba levantarme a orar por ella y por el, a los pocos días me entregaron la casa y todo lo que había dentro de ella, mi alegría fue grande , no pensé que después de tanta guerra por fin tendría mi casa nuevamente.

Luego mi esposo me dijo que ya que me había dado todo, que le diera el divorcio, sentí un dolor nuevamente, pensé que Dios iba a permitir mi separación. Ese día que íbamos a firmar volví a a sus pies y me llego un mensaje mas o menos decía…”no te impacientes por lo que vas a hacer hoy, por que será el principio de tu victoria”… uyyy yo me llene del espíritu y no sentí tristeza ni nostalgia, por el contrario tenia alegría. No pudimos firmar el divorcio, porque se presentaron muchos obstáculos,  únicamente un acuerdo de bienes.

Los meses pasaron y este hombre nuevamente pendiente de mi , de mi salud, de mi hija, que tenia descuidada los primeros meses de la separación, y empece a orar  para que le abriera los ojos a esa varón y viera la maldad de esa mujer , de las cosas que me le hacia a la niña cuando el la llevaba de visita y no era yo quien le tenia que abrir los ojos, debía ser el Espíritu Santo. Para resumir ,Dios puso en el corazón que abandonara a esa mujer y regresara a su hogar, y doy toda la Gloria y la Honra a mi padre amado, hoy llevamos mas de un año de estar restaurando nuestro hogar, ha florecido en gran manera nuestro amor.

La gracia de recibir la Divina Misericordia de Dios

 

La gracia de recibir la Divina Misericordia de Dios

Queridos hermanos:

Ha pasado ya un año y unos meses de la partida de mi amado esposo, a la casa del padre.

Inicio mi testimonio, dando Gracias a Dios, por haber derramado su infinita y divina misericordia sobre mí, sobre mi esposo y sobre mis hijos. Alabo  y glorífico a Dios porque me ha dado la gracia de poder reconocer y afirmar que es un padre bondadoso que no abandona a sus hijos en ningún momento y que es un Dios fiel a su promesa por encima de toda adversidad. De reconocer que su hijo amado nuestro Señor Jesucristo está vivo y presente hoy día entre nosotros y sigue haciendo milagros.  De tener la plena certeza que la Santísima Virgen María, es nuestra madre y que como madre es una gran intercesora, que nos acoge bajo su sagrado manto, nos proteje y nos guía hacia su amado hijo JESUS .

Tal vez como a muchos nos ha pasado, la crisis llegó cuando pensábamos que era el mejor momento de nuestro matrimonio. Cuando más tranquilos y seguros nos sentíamos de que  todo estaba bien. Pero de repente empezamos a notar cambios en el comportamiento de nuestro cónyuge.  Acabábamos de cumplir 15 años de feliz matrimonio. No lo había notado, pero hubo grandes cambios  en el actuar de mi esposo, día tras día llegaba cada vez más tarde y salía más temprano a su trabajo. Nuestra comunicación era buena, me contaba su día a día, los inconvenientes en su trabajo, hasta que había llegado una persona nueva a la que él tenía que enseñar y aceptar como asistente, lo cual antes no había sido necesario y eso le incomodaba mucho. Pasaban los días y esa incomodidad se fue convirtiendo en admiración por aquella persona, me hablaba cada vez más de ella, pero ya con términos más agradables y hasta con elogios. Nunca me sentí mal con esto, porque él en ningún momento cambió conmigo.

Regresamos de celebrar el día del padre y en la noche cuando ya todos dormíamos llegó a su celular un mensaje muy claro de su amante, con un ultimátum. Mi vida se vino al suelo, todo cayó de la nada. Me enceguecí, mis sentidos se alteraron totalmente y tomé la peor decisión de mi vida: le dije a mi esposo que se fuera de casa. El se marchó físicamente por un mes ya que a diario nos llamaba, hablaba con nuestros hijos y conmigo, estaba muy pendiente de nosotros en todo momento y al cabo de este tiempo, me llamó, pidió perdón y regresó a casa. De nuevo La Paz y la felicidad estaban en mi hogar. Pasaron 6 meses y un día que tuve un inconveniente en mi trabajo, regresé temprano a casa y me estrellé con la más dura realidad: mi esposo seguía con su romance. Sus palabras fueron muy duras :”hemos intentado todo, pero necesito estar con ella” , se clavaron como mil cuchillos en mi corazón y en mis sentidos.  Mi orgullo y mi dignidad no se hicieron esperar y nuevamente mis palabras fueron : “cuando regrese, no quiero verte aquí, vete de casa”.  El se marchó, y a las dos horas de haber salido de casa me envió un mensaje de texto, diciendo: “no entiendo qué ha pasado, pero voy a regresar a casa, te amo”,  en ese momento me di cuenta del terrible error que yo había cometido. Al regresar, su closet estaba vacío, solo había dejado una nota.  Mi vida  nuevamente se fué por ese hoyo negro. Me sumí en el más terrible dolor. El ídolo que yo había hecho de mi esposo, se rompió en mil pedazos. Pasaban los días y mi esposo llamaba a diario a los niños y a mí , en la mañana, en la tarde, en la noche, estaba presente en cada momento. Hablábamos mucho por teléfono y siempre terminaba nuestra conversación con :”voy a regresar a casa”. Yo sumergida en mi dolor, vivía al son de lo que me dijera cada persona, oraba porque así me lo decían, iba a un lado, a otro y a otro, inclusive llegué a tocar los caminos  del esoterismo, que nunca debí pasar.  Pero la divina misericordia de Dios no se hizo esperar y salió a mi encuentro. Fué un día muy difícil en mi trabajo, soy Administradora Turística y tenia a cargo una agencia de viajes mayorista, ese día surgió un problema y mi jefe me había tratado muy mal y yo tenía que realizar una vuelta de la oficina muy importante, salí llorando, tomé un taxi y ni siquiera le pude hablar al taxista nada. El señor detuvo el carro y tampoco dijo nada. A los pocos minutos empezé a escuchar en la radio a alguien que con las más hermosas palabras alababa y bendecía a Dios, lloraba dando gracias a Dios, y se sentía feliz. Le pregunté al taxista quién era y me dijo el Padre Gustavo García (qepd ) un sacerdote del Minuto de Dios.  En el corto recorrido escuché las palabras más fuertes y hermosas que jamás había escuchado, a ese Dios que siempre dije creer pero que nunca había tenido en mi corazón.  Era la prédica “Qué hacer, cuando no hay nada que hacer”.  Al bajar me dijo, vé a la EUCARISTIA con este sacerdote.  A los pocos días fuí y encontré algo que nunca había oído ni visto en toda mi vida: a Dios presente y real. Y empezó a hacerse el encontradizo en cada momento de mi día a día, por una persona en la calle, por un letrero, en alguna canción, en las palabras de mi esposo. Y en una frase que me llamó poderosamente la atención: “jesussalvamifamilia”,  que  de un momento a otro se hizo presente en la pantalla de mi computador. Había llegado por casualidad a esta página???

Ingresé al portal y me sumergí totalmente en un mundo desconocido para mí. Me di cuenta que simplemente dejamos en aquella iglesia el día que  nos casamos a Dios. No lo invitamos a ser parte de nuestra vida, después de su bendición.

Mi vida empezó a cambiar. EUCARISTIA diaria, rezo del santo rosario, confesión frecuente, charlas, talleres.  En alguno de estos talleres conocí a los esposos Isabel Botia y Humberto Diaz, miembros del Pontificio para la familias en el Vaticano, quienes me acogieron muy calurosamente y día a día me han acompañado hasta el día de hoy en mi proceso de restauración.  Aprendí a estudiar a Dios, a conocerlo, a vivirlo.   Mi vida personal, empezó a cambiar, me reencontré conmigo misma y a tener conciencia de mis errores y defectos, De reconocer mis pecados y mis fallas. Pero la Relación  con mi esposo cada vez empeoraba en actitudes de él hacia mi, a pesar de que  sus palabras seguían siendo las mismas :”todo va a cambiar, pronto voy a regresar a casa”.  Yo empecé mi batalla espiritual y siguiendo los tres pasos de jesussalvamifamilia,  mi esposo empezó a sentir y ver mi cambio. Terminó su relación con aquella mujer. Pasó un tiempo solo y cada vez más cerca de nosotros. Yo empezé formación en mi parroquia y me vinculé al equipo EMPA (equipo misionero parroquial) y a hacer servicio en la parroquia, tenía muchas actividades, cursos y tareas. A Mi esposo le gustaba verme en lo que hacía y me colaboraba y me dio su apoyo. Nuestras conversaciones diarias seguían, hablábamos mucho, y los días que recogía a nuestros hijos compartíamos momentos muy agradables los 4.  Aunque en ocasiones, también habían palabras duras, días insoportables de su ausencia, desplantes….

Un día al salir para la asamblea semanal del minuto de Dios, recibí la notificación que debía presentarme a un juzgado para llevar a cabo la demanda de divorcio. Otra vez mi vida se derrumbó por completo. Pero esta vez con algunas amigas que me dieron su apoyo, fuimos a la asamblea y yo le presenté este documento a Dios. Lloré, clamé imploré por su divina misericordia.  A los pocos días mi esposo llegó a casa y me dijo que no me presentara a la citación del juzgado, que destruyera ese documento, que él nunca se iba a divorciar de mí.  Nos abrazamos, nos besamos y volvió la esperanza. Pero, después  de unos días el maligno no se hizo esperar y volvió a atacar de nuevo, las cosas con mi esposo se volvieron cada vez más difíciles, cambió su manera de ser, de pensar y de actuar. Aunque en algunos momentos era muy especial conmigo, me pedía perdón y seguía repitiéndome que pronto iba a regresar a casa. Mis ánimos y anhelos de la restauración iban disminuyendo, pero la misericordia de Dios no se apartaba de mi.  Vino una gran crisis económica, perdí mi empleo, tenía unas deudas enormes con el banco, bloqueados todos los accesos, la mensualidad del colegio de los niños varios meses atrasada, notificaciones, llamados de atención , el mercado en casa cada vez era más escaso. Y mi esposo empezó a llevar una vida de lujos, viajes, tuvo un ascenso en su trabajo, hizo una especialización de su carrera, salía con amigos y disfrutar su vida con un nuevo amor(del cual en ese momento yo no sabía nada) . Cada vez había más mentiras, más palabras duras, más insultos, más reproches.  A pesar que yo estaba muy firme en mi fe, tenía momentos de estar literalmente tirada en el suelo, desconsolada viendo cada vez más oscuro mi panorama y cada día más lejos la restauración de mi matrimonio.   Mi esposo dejó totalmente de ayudarme económicamente . Pero algo que si tenía muy claro y era muy evidente, es que Dios siempre me tendía su mano.   Fueron muchos meses bastante difíciles, que sólo  con la mano misericordiosa de mi amado Jesús pudimos sobrellevar.  De la parroquia el padre me enviaba mercado cada mes, una amiga me enseñó a tejer unas bufandas que vendía y con esto pude solventar algunos gastos, las reuniones con jesussalvamifamilia, eran mi sostén para no desfallecer, recibir un oracional diario sobre restauración matrimonial era la esperanza de que yo también iba a dar mi testimonio. Mi vida estaba sumergida totalmente en Dios. Orando, ayunando y suplicando por la sanación y restauración de mi familia. Pero cada día las cosas empeoraban más y más.  Tuve momentos de debilidad que me llevó a cometer grandes errores, mi salud decayó considerablemente, la relación con mis hijos se deterioró y a pesar de mi constante oración, mis súplicas  a Dios, mis entregas, mis devocionales,  nada cambiaba. De vez en cuando pensaba en los tantos años que habían pasado en ésta crisis.  Mis ilusiones cada vez se iban agotando más. Hice la Penitencia por Amor y surgieron cosas maravillosas: tuve la oportunidad de sanar y reparar pecados ínter generacionales y algo muy hermoso: antes de casarnos tuve un aborto natural,  del cual nunca tuve plena conciencia. Empezé la preparación para poder ofrecer a Dios a mi bebé no nacido. Le comenté a mi esposo y él me apoyó totalmente. En una visita al Santísimo Sacramento el Señor me reveló el sexo del bebé, y le pedí a mi esposo que él le pusiera el nombre. Mi esposo fue también al Santísimo y allí el Señor, le reveló el nombre del bebé. Fue una experiencia maravillosa para mi esposo porque tuvo un encuentro real con Dios y ésto le marcó profundamente. Fuimos los dos a la eucaristía   ofrecimos a Dios  a nuestro bebé que desde ese día se convirtió en ese angelito que nos acompaña en todo momento. Tener la plena conciencia de que fue un hijo vivo nuestro, y darle un lugar especial, nos marcó mucho. Esto nos unió más con mi esposo, nuestras conversaciones se volvieron nuevamente a nuestra familia, a recuperar nuestro hogar a volver a estar juntos, me visitaba entre semana en las mañanas, mientras los niños estaban en el colegio, me conquistaba, me enviaba regalos, detalles, me consentía, teníamos intimidad.  Yo estaba feliz. Cada día mis oraciones eran de agradecimiento y más entrega a Dios. Estaba viendo los resultados a todas mis oraciones.  Mi esposo pagó todas mis deudas, se puso al día en los colegios de los muchachos y mensualmente empezó a dar una mesada, hizo arreglos en nuestro apartamento, todo iba cambiando poco a poco, compartíamos momentos muy especiales con nuestros hijos, teníamos más intimidad, todo iba muy bien.  Pero no se concretaba nada. Mientras tanto al otro lado de la montaña él tenía una doble vida: seguía  su relación con la OM. A mí, siempre me negaba todo, decía que no tenia a nadie, que estaba solo y así parecía.  Me enteré otra vez, que tenía un nuevo amor. Derrumbada caía vertiginosamente al precipicio de nuevo. Después de una crisis muy fuerte de depresión , el Señor nuevamente me tendió su mano y me sacó de aquel hoyo. Tomé la  decisión de no luchar más. De soltar completamente a mi esposo. Sin nada de fuerzas lo entregué en las manos de Dios. Fui a una peregrinación con Jsmf a Chiquinquirá y allí en las manos de la Santísima Virgen le entregué a mi esposo. No volví a contestar una sola llamada de mi esposo, no volví a preguntar por él,  ni siquiera pensar en él. Fuí muy radical en mi decisión.  Decidí tirar la toalla. Pero Dios no quería eso, recogió mi toalla me la devolvió y me dijo que esta batalla era de los dos y que aún no había terminado. En los  siguientes días sucedieron una cadena de eventos que cambió todo: tuve un accidente  , una caida muy fuerte y me lastimé bastante una rodilla, mi hijo tuvo que ser hospitalizado y mi esposo recibió la más terrible noticia: cáncer de estómago.  Me llamó a darme la noticia, lo escuché en total silencio, y al terminar la conversación   sólo pude  decirle que dejara todo en manos de Dios y fuera a la confesión.  Me contestó mal, con palabras duras. No hice nada, no dije nada, solo oré y se lo devolví a Dios y continúe con mi vida.  A los dos días siguientes yo estaba en un curso de la Pastoral de la Salud y sin saberlo mi esposo había regresado a casa.  Nos reunió a mis hijos y a mí, nos pidió perdón y quería continuar su vida al lado de nosotros. Vino la cirugía, el tratamiento y durante tres meses fué de total recuperación. Tuvimos un gran acercamiento a Dios, mi esposo se fué entregando poco a poco. Hablábamos de nuestro futuro, planes, proyectos. Pero el enemigo seguía rondando, como León, buscando como devorar y destruir.  Habían personas amigas con buena intención pero totalmente alejadas de Dios que llevaban “remedios” para su mejoría. Yo me sentía incómoda y rechazaba esto pero tanto él como su familia me decían que era muy radical. Esto dió paso a ser rechazada y volverme para ellos incomoda. Empezé a sentir y ver cosas que no estaban de acuerdo a los lineamientos de Dios, volví a empezar a luchar, pero la batalla con el enemigo cada día era más fuerte.  Hubo una gran confusión en todo sentido. Hasta que un día mi esposo me dijo que no podía seguir lejos de “su amiga” (como él la llamaba). Me rechazo de nuevo y que lo dejara seguir adelante. Traté de hablar pero él se alteró.  Su mamá al ver la situación me despidió de su casa y textualmente me dijo “déjelo libre, si para que él se sane yo tengo que llamar a esa muchacha, así lo haré ” y tal cual fué. Yo salí esa noche de esa casa y la OM, entró a la mañana siguiente.  Fueron los peores días de mi vida. El dolor extremo, se apoderó de mí. Pase varios días encerrada en mi cuarto destrozada completamente, llorando, sin comer y perdida  totalmente del mundo exterior. No aceptaba si quiera que mis hijos me hablaran.  Nuevamente El Señor con su infinita misericordia, me tomó de su mano y me sacó de allí. Asistí a una reunión de jsmf, una amiga me invitó  a celebrar el día de la Virgen de Guadalupe y fuimos con mi hija al cerro de Guadalupe en Bogotá, fué un día muy especial de encuentro con mi amada madre. Poco a poco fui saliendo de mi letargo y retomando mi vida con la ayuda de la comunidad de mi parroquia que desde el momento que se enteraron de la enfermedad de mi esposo, nos brindaron total apoyo y solidaridad. Y a mí no me soltaron ni dejaron sola después de saber que mi esposo había decidido sacar a la luz y vivir en pleno el adulterio.  El 24 de diciembre mi esposo tuvo una terrible crisis, sufrió una recaída muy fuerte, fue hospitalizado, tuvo un paro cardiaco, ese día me presenté en el hospital pero su hermana no me permitió ingresar, diciéndome que mi presencia lo alteraba. El estuvo varios días en cuidados intensivos. Un día antes de mi cumpleaños él mismo me escribió un mensaje diciendo que ya estaba saliendo de la clínica, que me agradecía inmensa mente mis oraciones. Me deseó un feliz cumpleaños y me pidió perdón.  Yo no podía creer esas palabras, estaba feliz. El Señor nuevamente me hizo un gran regalo y una persona de la comunidad parroquial me obsequió de cumpleaños el retiro de Juan XXIII, asistí y fue el cumpleaños más hermoso de mi vida, tres días de reflexión, oracion, entrega a mi Señor nuevamente. Estuve más recuperada emocionalmente, pero como sabia que mi esposo estaba feliz con la OM, decidí nuevamente no tener ninguna noticia de él, hable con mis hijos y les pedí que no me contaran nada y yo no volví a preguntar por él. Sólo me dediqué a orar por su salud y a entregárselo cada día a nuestro amado Señor para que lo librara del pecado en el que estaba sumergido. Oraba por su sanación, liberación y conversión. A los pocos meses tuvo  un detalle muy agradable con nosotros  y mandó a hacer unos arreglos en el apartamento. Me escribió diciendo que mis hijos y yo merecíamos  vivir bien, y que nos daría lo mejor de él, nuevamente me pidió perdón . Pero las cosas no cambiaban. En el mes de marzo el 26, día de nuestro aniversario de matrimonio, me llamó por teléfono y me dijo, textualmente: “que recordaría con agrado por siempre esa fecha, que a  pesar de que estaba “supuestamente” con las personas que quería y pensaba que hacía cosas que lo hacían feliz, sentía un gran vacío, me pidió perdón” y colgó. Esa llamada me traspasó nuevamente mi corazón y me lastimó profundamente, otra vez caí en una depresión muy fuerte, mi salud se deterioró gravemente y estuve enferma un buen tiempo. Me alejé de todo el mundo, me encerré en mi cuarto de nuevo, otra vez mi panorama se oscureció totalmente. Esta vez pensé y sentí que era mi fin, tenía en mi mente que ya no me iba a recuperar que ya mi vida no tenía sentido, que ya no tenía ningún motivo. Fué la deserción total. Pasaba mucho tiempo sola, porque mis hijos a pesar de todo seguían su vida, sus estudios y al lado de su padre. Lo visitaban muy seguido y acompañaban mucho. Nuevamente El Señor tomó en sus manos las riendas de mi vida, me llevó a su casa a estar en su presencia en el Santísimo Sacramento del Altar, tuve un momento de paz y tranquilidad ante su presencia y estando allí, unas amigas de la parroquia me llevaron a un cumpleaños y allí surgió la idea de retomar mi actividad laboral. El día 13 de mayo, fui a la Eucaristia y le pedí a Santísima Virgen me ayudara con un empleo. Ese mismo día una de esas amigas quien tiene una empresa, me llamó, que si me interesaba un trabajo fuera a una entrevista en la tarde. Y allí empezé a trabajar con contrato desde Junio 1.  Volví a retomar mi vida. El mejor trabajo que haya podido tener, con un horario muy flexible, cerca de la casa, podía ir caminando y la empresa consagrada a Dios, antes de iniciar labores se hacía oración. Nuevamente estaba en los caminos del Señor. Del salario, nunca se habló nada, yo sólo le dije al Señor :”Tú vas a ser quien me dé el dinero que necesito” y oh sorpresa, un muy buen salario mensual. Bendiciones?, otra vez llegando a mi casa.

Pero Dios en su infinita misericordia no nos desampara, ni permite que ninguno de sus hijos se pierda.  Siempre está atento a ir en busca de su oveja perdida y rescatarla cuando está realmente perdida. El día 14 de junio de 2016, recibí un mensaje de texto de la hermana de mi esposo, diciéndome que por el bienestar de él, ella consideraba que yo fuera a verlo .   Esas palabras me causaron pánico, y como yo veía que el panorama era de total felicidad en la vida de mi esposo, supuse que había tomado decisiones. Con un gran temor fuí esa noche a encontrarme con mi esposo. Al llegar allí su hermana me recibió bien, y al entrar al cuarto, la escena fué totalmente diferente a como yo me imaginaba. Mi esposo estaba en una situación de salud muy desmejorada, totalmente irreconocible. Como pude me acerqué a él, pues la impresión que me dió al verlo tan mal, me destrozo totalmente. Me tomó de la mano, me sonrió y me dijo: “perdón, siempre serás mi piedrita” (como cariñosamente me llamaba), tú eres a la única que amo, perdóname me equivoqué”.  Yo me acerqué le dí un beso, le dije que lo amaba.  Su estado de salud estaba totalmente deteriorada. El médico se acercó le dió atención y lo pasaron a una cama para que estuviera mejor. Allí en un momento de descanso mi esposo pidió que rezáramos un Santo Rosario, lo hicimos, yo le pediía a la Santísima Virgen que lo acogiera bajo su manto, él lo terminó se persinó y descansó. Se quedó dormido. Al poco tiempo, su hermana nos avisó que había fallecido. Mi reacción fué de agradecimiento a nuestra Madre Santa que lo acogió en su seno maternal y lo llevó a la presencia de Dios Padre. Un momento bastante difícil. Qué dolor tan grande fue ver al amor de mi vida partir definitivamente de mi lado. Sentir que esa “sola carne” se desprendía de mí. Pero al mismo tiempo tener la iluminación del Espíritu Santo, que el Señor había escuchado mis suplicas de no permitir que mi esposo siguiera sumergido en el terrible pecado del adulterio. El Señor por encima de todo y de todos, salvó el alma de mi esposo, permitiéndole purificarse a través de esa terrible enfermedad y que lograra disfrutar dela Casa Celestial, siendo llevado por la madre amorosa en sus brazos.

A partir de ese momento el temor de estar sola con mis hijos, se apoderó de mí. Cada día pensaba una y otra vez, que sería de nosotros. Sería yo capaz de ver por mis hijos? Tendría la misma capacidad que tenía mi esposo de educar bien mis hijos? De hablarles adecuadamente ?   De qué íbamos a vivir? Cómo íbamos a subsistir económicamente ?  Pues El Señor, no tardó en contestar mis preguntas,  a los pocos días la hermana de mi esposo nos habló a mis hijos y a mí que mi esposo había hablado con un abogado días antes de morir.  El abogado se contactó con nosotros y nos citó en su oficina. Era un colega de mi esposo, con quien había estudiado en la universidad, era su amigo.  Mi esposo le hizo la aclaración que él, nunca se había separado físicamente de mí, no había dejado su hogar y que las únicas personas que tenían derecho y debían hacer los trámites legales eran “su esposa” y sus hijos. A las pocas semanas del banco en el que mi esposo trabajó por muchos años, nos contactaron y se dio el pago de un seguro de vida, prestaciones sociales de mi esposo y otros pagos, el Señor nos devolvió todo lo que un día el enemigo nos robó. Se cancelaron absolutamente todas las deudas y se aseguró la universidad de mi hija, recibimos el apartamento y un automóvil que un día temí había perdido. Y poco a poco fuimos recuperando todo y más de lo que un día perdimos. Pero los milagros y bendiciones del Señor no habían terminado, pasados más de 6 meses recibimos la noticia que se había aprobado la pensión de sobreviviencia y hoy día gozamos de una pensión vitalicia, cuán grande es el Señor, absolutamente todo y más me fue devuelto. Hoy después de 19 meses sin la presencia física de mi esposo, vivo el día a día en agradecimiento total al Señor, entregando y consagrando mi  vida y la de mis hijos a su servicio. El señor me sigue protegiendo y cuidando, enviándome personas para ayudarme a salir adelante. En este momento estoy cursando el segundo semestre de Psicología, dicto talleres de Proyecto de Vida y Resiliencia, sirvo en varias pastorales en la parroquia donde vivo y como servidora en Jesus Salva Mi Familia.  El Señor es grande y maravilloso, cuida de cada una de sus ovejas. No importa cuan grande y oscuro se vea nuestro dia a dia, El Señor todo lo puede cambiar en un segundo.  Confiemos plenamente en su infinita misericordia.

“Pero yo clamé a Dios; el Señor me salvará. Me quejaré y lloraré mañana, tarde y noche  y él escuchará mi voz. En las batallas me librará; me salvará la vida, aunque sean muchos mis adversarios”.  Salmo 55: 17-19

Mi testimonio como muestra de agradecimiento a JSMF

 

Mi testimonio como muestra de agradecimiento a JSMF

Hermanos Comparto mi testimonio de restauración como una pequeña muestra de agradecimiento a JSMF por ser el instrumento que Jesús y María usaron en la restauración de mi matrimonio y familia.  Providencialmente, llegué a esta página en la Navidad del año 2011,  buscando desesperadamente una “oración de restauración matrimonial” días después de confirmar que mi esposo estaba saliendo con otra mujer.  Aquí, encontré mucho más que solo la oración que necesitaba, encontré muchas respuestas, el camino para empezar lo que sería una gran batalla espiritual –por cierto en ese momento, no tenía ni la más mínima idea de qué se trataba- y sobre todo encontré la fortaleza, a través de tantos y tantos testimonios para seguir luchando y no darme por vencida.  Aprendí como el enemigo actúa en los casos de infidelidad, aprendí a someterme a la Voluntad de Dios y a no tener miedo, a confiar en la intercesión de María Santísima, a visitar a Jesús Sacramentado, aprendí a no meter mis manos, a no cobrar venganza a tanta humillación sino a dejar que Dios actuara a Su tiempo y en Su forma; pero principalmente aprendí que no sólo mi esposo en adulterio era un pródigo, yo también; ambos cometimos el grave error de dejar a Jesús y María fuera de nuestro matrimonio por mucho tiempo, prácticamente desde nuestro noviazgo, aunque estamos casados por la Iglesia, construimos sobre arena y esa casa cuando vino la tormenta se derrumbó por completo.
Nos casamos en noviembre de 1994 siendo aún muy jóvenes, él 22 y yo 21 años; al año siguiente ya éramos padres de nuestra primera hija, al cumplir 30 años de edad ya teníamos cuatro hijos;  todo iba demasiado rápido en nuestras vidas: las responsabilidades, los gastos, más responsabilidades y muchas bocas que alimentar; como “padres responsables” nos esforzamos en darles todo lo necesario, o por lo menos eso pensábamos, apenas teníamos tiempo para compartir y dedicarnos el uno al otro, y Dios? fuera de nuestra familia; es decir, siempre fuimos católicos creyentes pero no muy practicantes y justificábamos la situación acallando la conciencia diciendo: “Dios sabe que no tenemos tiempo; Dios sabe que no podemos ir a la Iglesia con tantos niños pequeños, etc.” y pues así se fueron pasando los días, los meses y los años… hasta que… llegó la tormenta!  De hecho, ya se había presentado infidelidades previas que yo consideraba no “tan graves” porque según yo no pasaron a mayores pero Jesús mismo dice: “solo con ver a alguien con malos deseos ya se comete adulterio en el corazón”, no atendí el llamando, no entendí la advertencia.
Como comenté al principio, era la Navidad del año 2011, recién habíamos cumplido, 17 años de matrimonio, mi esposo tenía un buen empleo, el mejor en los últimos años, habíamos logrado estabilizarnos económicamente, en general había sido un buen año, no tenía mayores preocupaciones aunque su trabajo requería que estuviera fuera de casa durante casi toda la semana, pero a mi criterio eso no era un problema; en ese entonces, nuestros hijos tenían 16, 14, 11 y 8 años respectivamente.  En el último trimestre del año noté que su carácter estaba fuera de lo normal, se mantenía molesto como enojado pero lo atribuía a que estaba por cumplir los 40 y pensé que se debía precisamente a la famosa “crisis de los 40” luego también empecé a notar que el dinero cada vez alcanzaba menos y pues esa fue otra señal, finalmente confirmé a través de las redes sociales una mentira sobre un viaje que me dijo era de trabajo y en realidad no lo era… ese fue el inicio de mi calvario porque lo lógico era que al ser descubierto se sintiera mal, se arrepintiera, me pidiera perdón y pues buscáramos ayuda, pero de eso… NADA!! Fue todo lo contrario, se empezó a comportar de una manera descarada, llegando al cinismo, ya no se molestaba en mentir y si lo hacía era por su propia conveniencia no por evitarme algún sufrimiento, me humilló cuanto pudo, me dijo las palabras más hirientes que he recibido en toda mi vida, me dijo que amaba a la otra mujer y lo más devastador para mí, fue un día que me tiró por la cara una prueba de embarazo positiva, había remedio a todo esto? Dónde? Quién podía ayudarme? De un día a otro pasé de, según yo, tener un sólido matrimonio de 17 años a ver ruinas por todos lados en cuestión de horas. Enloquecí! Me sentía devaluada, humillada, engañada, solo quien ha pasado por algo así puede entender el profundo dolor que provoca la decepción y más cuando uno ha cometido el grave pecado de darle al esposo el lugar que solo le corresponde a Dios, el primer lugar.
Mi esposo nunca llegó a irse de la casa y durante ese tiempo ya no tenía que viajar tanto; lo trasladaron a nuestra ciudad, el problema más grande es que la om era compañera de trabajo, lo que implicaba que yo sabía que se miraban a diario, que compartían algún tiempo de comida y quizá algo más… para mí era dolorosísimo, no paraba de llorar todo el día, no comía, no dormía en menos de tres meses pesaba 20 kilos menos,  estaba muriendo en vida o mejor dicho me estaba dejando morir… Así, viviendo casi en automático fueron pasando los días y al cabo de nueve meses empecé a ver la respuesta del Señor, mi esposo empezó a sentir la necesidad imperiosa de confesarse, situación que disgustó sobremanera a la om, llegando a amanezar que si lo hacía iba a pagar las consecuencias; y así fue… pagó la consecuencias benditas de ponerse a cuentas nuevamente con Dios, después de esa confesión, vino un Retiro para Matrimonios en el cual el Espíritu Santo lo tocó fuertemente, renovó nuestras fuerzas porque si bien es cierto uno piensa que solo uno se desgasta en esta lucho, eso no es cierto, el cónyuge que vive en el pecado se desgasta muchísimo también, obvio que eso el enemigo lo oculta de nuestra vista.
Después de casi tres años de restauración, el Señor como lo dice su promesa, nos restituyó todo lo que nos había sido robado.  Mi esposo es un hombre totalmente renovado, un hombre oración, de rezo diario del Rosario, de visita al Santísimo, de confesión frecuente, de Eucaristía dominical; ahora él lo ofrece todo por la sanación total de las heridas de mi corazón, porque esto no es magia es todo un proceso, pero él ha tenido la paciencia de soportar mis altibajos, y de qué más se trata el matrimonio sino  de eso!! Estar en las buenas y en las malas. Ingresó nuevamente a la universidad pero no para estudiar una maestría o algo parecido, estudia Teología, ya cerró el diplomado y ahora va por la licenciatura; hace cinco años atrás esto hubiera sido impensable para mí… Increíble!!!.
Y qué decir de nuestros hijos… ellos dicen que somos su ejemplo, que vieron que el amor verdadero sí existe y que la única forma de encontrarlo es de la mano de Jesús y María, eso nos llena de alegría y gozo, sobre todo considerando que tanto mi esposo como yo venimos de hogares divorciados! La lucha no es solo por el matrimonio, es por la familia entera, los hijos inclusive los nietos que aún no conocemos, tenemos la tranquilidad de saber que cuando los problemas se presenten en sus futuras familias ellos saben a quién recurrir… Una vez leí que alguien escribió: “Bendito adulterio que me llevó a los pies de mi Señor” en su momento yo no podía siquiera pensar que algún día sería capaz de estar de acuerdo con semejante afirmación, pero quiero contarles que estoy muy cerca de poder sostenerlo también! Solo Dios puede sacar algo bueno de nuestras “desgracias” pero tenemos que ser esforzados y valientes para conseguir la corona de la Victoria en Cristo, para Él nada es imposible! Por último los animo a seguir luchando porque si Jesús Salvó Mi Familia, quiere salvar la tuya también. Bendiciones!!!
Paz y Bien!