Restauración personal y familiar de la mano de Jesús y de María.
Restauración personal y familiar de la mano de Jesús y de María.
Hermanos:
Soy luchadora desde hace varios años y continúo fiel en la lucha, en manos del Señor y de la Santísima Virgen María. Es imposible sintetizar en un relato tantas experiencias hermosas vividas durante mi lucha, pero tratare de compartirles parte de mis bendiciones en mi proceso de restauración personal y familiar.
Santísima Virgen de Gualalupe Intercesora
Fue la Santísima Virgen María de Guadalupe quien salió a mi encuentro en uno de los momentos más dolorosos y difíciles de mi vida, tras una crisis matrimonial que culminó en separación y divorcio.
En aquellos tiempos, mi conocimiento de la Santísima Virgen María era muy limitado, y mi devoción hacia Ella era casi nula. El Santo Rosario me parecía aburrido y distante. Sin embargo, un día me encontré con una estampita de la Santísima Virgen de Guadalupe, y a partir de ese momento, durante un año entero, parecía que su presencia me seguía a todas partes. Cada vez que iba a algún lugar, allí estaba su imagen; mientras caminaba por la calle, encontraba una estampita; y lo más sorprendente de todo fue cuando una vecina vino a mi casa para invitarme a un Rosario por la Unidad de las Familias y me dijo que tenía en su hogar una Virgen Peregrina, una vez más, la Santísima Virgen de Guadalupe. Acepté la invitación y, desde ese día, la Santísima Virgen María peregrinó cada semana a mi casa durante 12 meses. Mis vecinos venían con la Virgen Peregrina, y cada semana rezábamos juntos el Santo Rosario por las familias. En tono coloquial, solía decir a quienes me rodeaban: “Es que la Virgen de Guadalupe me persigue”. Pero un día, escuché una voz interior que me decía: “La Santísima Virgen no te persigue… TE ACOMPAÑA”.
Recuerdo con profundo cariño la última visita de la Santísima Virgen María Peregrina. A los pocos días de esa visita, tuve la oportunidad inesperada de viajar a la Ciudad de México, donde pude visitar el Santuario y pedir a mi Madre Santa su poderosa intercesión por mí y por mi familia. Este viaje trajo consigo grandes bendiciones para mi vida, para mi familia, y para los hermanos de Jesús Salva Mi Familia en mi país.
El encuentro con la Santísima Virgen María renovó en mí la Fe y la Esperanza, y fortaleció mi espíritu. Como fruto de este maravilloso viaje y mi proceso de conversión, el Señor me concedió, en pocos meses, el reencuentro con mis hermanos de sangre, con quienes había estado distanciada por diversos motivos. También pude reconciliarme con mis padres después de cuatro años de separación a causa de sus constantes peleas y su doloroso proceso de divorcio. Tras más de 25 años de separación y un proceso de divorcio que se extendió por aproximadamente 15 años, mis padres renovaron sus Votos Matrimoniales y, desde entonces, nuestra familia ha permanecido unida y ha vivido tiempos de restauración.
Doy gracias a Dios y a la Morenita por las bendiciones que han llegado a mi vida y a mi familia. Gloria a Dios por la restauración de mi familia de sangre, por el reencuentro con mis padres, y por el perdón mutuo que se ofrecieron. Pido al Señor que nos mantenga unidos en Su amor y que viva y reine en nuestro hogar, convirtiéndonos en testigos de Su amor y de Su infinita misericordia.
En agradecimiento a mi Madre Santa, he reservado un lugar especial en mi corazón y en mi hogar para Ella, con la esperanza de que este sea un pequeño Santuario donde quienes vengan a visitarme puedan llevarse un pedacito de cielo, y a través de Ella, se conviertan y reciban Su bendición.
Nada es casualidad
Esta vez quiero compartirles algo doloroso de mi proceso, pero nada es casualidad, mas bien Diosidencia y una vez mas Dios y la Santísima Virgen María se hacen presentes en mi vida, en los momentos mas difíciles y dolorosos.
Llegaba de un mini congreso de JSMF en otra ciudad, cuando al llegar casi a media noche suena un pito en mi celular y lo miro y era un correo electrónico de mi esposo, al abrirlo decía este es el documento de DIVORCIO para que lo firmemos. Sentí un frío aterrador, me temblaba el mentón, y quede casi paralizada. Eran casi 5 años de separación y jamás habíamos tocado el tema de divorcio.
Le respondí con calma el mail a mi esposo y le dije con la verdad y toda tranquilidad, no puedo firmarte los papeles. Es como si le pidieras a alguien pro-vida que realice un aborto. No puedo darte el divorcio, yo estoy luchando por mi matrimonio y mi familia. Fueron varios días de mucha oración, de subes y bajas emocionales, llanto, dudas, dolor en mi corazón y el no respondió nada. Unos meses después me llegó una citación del juzgado pidiendo el divorcio y la citación un 13 de Mayo, día de la Santísima Virgen de Fátima. Tuve muchos días para prepararme en oración para este encuentro, mi confesor me ayudo muchísimo y llego el día esperado. Sentí un poco de temor, ansiedad, pero, fui con la frente en alto de ser una soldadita comprometida con mi lucha, y al llegar me doy cuenta que mi esposo olvidó ir y me llama la juez, entré en su despacho y mi sorpresa, ella con una medalla hermosa de la Santísima Virgen en su cuello y comenzamos a hablar y parecía miembro de Jesus Salva mi Familia. Me dijo la juez, la Iglesia protege los matrimonios y no existen los divorcios para la Iglesia, esto es solo un papel, y he visto muchas restauraciones, confía en la Santísima Virgen María. Este es mi trabajo y tendré que dar sentencia, pues la causal es mas de dos años de No convivencia, pero sigue orando, sigue luchando. Hoy NO firmaremos el divorcio, porque tu esposo no está presente, así que tendremos una nueva cita. A los pocos días me llegó nuevamente la citación para el día de Corpus Christi. La verdad quedé asombrada, una confirmación mas que Jesús y María me acompañan en este duro y doloroso proceso.
Asistí a la nueva cita y la juez que nos asignaron todo el tiempo estuvo de mi parte, y finalmente concedió el divorcio civil, no sin antes recordarnos a los dos que era un papel, pero que el sacramento seguiría vigente.
Son 3 años de haber firmado esa sentencia, habiendo aún un poco de incertidumbre, les puedo decir que mi esposo no ha dejado nunca de venir a visitar a nuestros hijos, viene todos los días a casa, se hace responsable de nosotros, nuestra relación es cordial aunque distante, pero se que Dios y María Santísima están en control.
Nada es coincidencia, no se mueve la hoja de un árbol sin la Voluntad de Dios. Entre mas grande la prueba mayor será la bendición y sigo confiando en que algún día Dios en su infinita Misericordia va a tocar no solo el corazón de mi esposo, sino de muchos otros esposos que han abandonado sus hogares y por quienes oramos todos los días. Dios los bendiga.
Todo pasa
En un momento de confusión y tristeza muy grande, cuando no solo la separación y la crisis matrimonial eran la constante en mi vida, también me acompañaba una difícil situación familiar muy dolorosa. Para mi NO era claro, si mi madre y mis hermanos habíamos empezado a caminar en el Señor varios años atrás, por qué estábamos rotos, distanciados?, por que si todos conocíamos al Señor y no habíamos peleado unos con otros, por que tanta desunión y dolor?.
Un día visité una psicóloga católica y al preguntarle si todos los acontecimientos que estaba viviendo eran normales, ella respondió: NO. Debes dejarte guiar por un sacerdote. Para este entonces mi vida era un NUDO. Mi familia de sangre rota, no tenia amigos, mis hermanos en problemas cada uno, problemas con mis hijos, problemas con mi esposo, etc. Llevaba ya varios años de haber iniciado mi proceso de conversión y entrega al Señor, pero todos los días algo nuevo se sumaba al dolor y confusión. Un día fui al Santísimo y dije NO puedo mas, y fui con mi confesor, quien me guió un hermoso proceso de sanación a través de la Eucaristía, el Santo Rosario y Visitas al Santísimo. Debía en cada encuentro Alabar a Dios aun en mi dolor y darle gracias por lo que me estaba permitiendo vivir, debía Adorarlo y estrechar con el Señor mi relación, debía abandonar en sus manos mis problemas y angustias y pedir con todo mi corazón sanará mi vida, mi historia, y me restaurara como mujer, madre, hija, esposa, servidora, como todo lo que soy. También debía pedir misericordia, reparar por los pecados de cada uno de los miembros de mi familia y pedirle a Dios por la situación particular de cada uno de ellos. En cada reunión con mi confesor, siempre me daba citas bíblicas y Salmos que me alentaban.
Dure 4 años en este precioso proceso de sanación, acudiendo con mucha frecuencia a la Eucaristía y al sacramento de la reconciliación, siendo muy obediente a lo que mi confesor me guiaba y pidiendo al Señor en cada Eucaristía sanara, restaurara mi historia y mi vida y reparando también por todos mis pecados y los pecados en mi familia.
Durante todos estos años, cada vez sentía opresión y angustia corría al Santísimo y salía renovada. Recitaba con mucha frecuencia la oración de Santa Teresa:
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza;
Quien a Dios tiene
Nada le falta:
Sólo Dios basta.
Eleva el pensamiento,
Al cielo sube,
Por nada te acongojes,
Nada te turbe.
A Jesucristo sigue
Con pecho grande,
Y, venga lo que venga,
Nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo
Es gloria vana;
Nada tiene de estable,
Todo se pasa.
Aspira a lo celeste,
Que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.
Ámala cual merece
Bondad inmensa;
Pero no hay amor fino
Sin la paciencia.
Confianza y fe viva
Mantenga el alma,
Que quien cree y espera
Todo lo alcanza.
Del infierno acosado
Aunque se viere,
Burlará sus furores
Quien a Dios tiene.
Vénganle desamparos,
Cruces, desgracias;
Siendo Dios su tesoro,
Nada le falta.
Id, pues, bienes del mundo;
Id, dichas vanas;
Aunque todo lo pierda,
Sólo Dios basta.
Al finalizar el proceso vino el efecto dominó, el desenlace de la situación familiar y una lluvia de bendiciones para mi y mi familia. Enumero solo algunas de muchas bendiciones que recibimos:
1- La bendición de volver a tener familia y reunirme de nuevo con mis padres y hermanos.
2- El perdón de mis padres y renovación de votos matrimoniales después de mas de 25 años separados y divorciados
3- El inicio de la conversión de mi padre
4- La bendición económica para mi familia y la Providencia Divina
5- El apoyo de mi esposo en diferentes situaciones difíciles para mi familia.
Tal vez hubiéramos imaginado otro final feliz de toda esta película, debo anotar que mi padre NO regresó a la familia con ramo de flores, serenata y de rodillas pidiendo perdón. La salud de mi padre era algo delicada, en este momento está cuadrapléjico y totalmente dependiente y mi madre con una enfermedad neurológica degenerativa. Mis padres ambos disminuidos en su salud, pero el Señor les dio una nueva oportunidad como esposos y familia y les dio una oportunidad de dejar atrás el pasado, perdonarse y vivir en paz sus últimos años de vida. Los modos de Dios son diferentes a los modos humanos. La bendición de Dios es mas grande y hoy damos la Gloria a Dios como familia ante este milagro hermoso de restauración familiar.
Le pido a Dios todos los días la fortaleza para continuar en mi lucha por la restauración de mi matrimonio, y que podamos ser testimonio de su Amor e infinita Misericordia.
La restauración es un proceso
Hoy son 8 años y medio de lucha, un proceso de restauración personal y familiar pasado por lágrimas, ansiedad, amargura, depresión, soledad, incertidumbre, enojo, injusticias, y todo un aprendizaje que no se borrará jamás de mi corazón y que quiero compartir hoy con ustedes.
Me case por la Iglesia Católica a los 25 años de edad, perdidamente enamorada y con un proyecto de vida a mi medida, adornado de viajes, hobbies, placeres, moda, éxitos profesionales, amigos, en otras palabras fabricamos un matrimonio ligth construido sobre el placeres del mundo.
Mi madre me inició en mi Fe católica de niña, y aunque yo asistía a misa los domingos era solo por cumplir.
En la luna de miel quede embarazada de nuestra primera hija, una hermosa bebe, que a los 10 días de nacida falleció con Síndrome de Down. A los pocos meses quedé embarazada nuevamente y a las 13 semanas tuve un aborto involuntario. Estás dos perdidas fueron el comienzo de nuestra crisis matrimonial que hoy desencadenó en separación y divorcio. Nos casamos para ser felices, nos casamos para vivir nuestros sueños y aunque prometemos en el altar ser fieles en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en la adversidad, y amarnos y respetarnos todos los días de nuestra vida, jamás pensamos ibámos a enfrentar pruebas tan rápido y tan dolorosas y la división que estas traerían a nuestras vidas. Las familias también tomaron parte en nuestro matrimonio e hicieron mucho daño. No vale la pena entrar en detalles de todas las causas de nuestra ruptura. Dios en el fondo de su corazón lo conoce todo.
Hice a mi esposo mi ídolo de barro, y 15 años luego de celebrado el sacramento del matrimonio, se rompió en mil pedazos y no quedo nada. Durante nuestro matrimonio hubo varias infidelidades por parte de mi esposo, que no fui capaz de perdonar y llene mi corazón de mucho enojo, cantaleta, quería espiarlo todo el tiempo y demostrarle lo malo e injusto que él era. Yo me sentía perfecta, nada tenía que cambiar. Si mi esposo cambiaba, todo se solucionaría de inmediato. Podía ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en mi propio ojo.
Cuando llego la crisis, yo sabía a donde acudir, gracias a la semilla de la Fe que sembró mi madre. Así que empece a acudir a la Eucaristía, a frecuentar los sacramentos, a visitar el Santísimo y pedir consejería a los sacerdotes. Un día en una Eucaristía, el sacerdote hablo sobre el Adulterio, y dije: Ohhh que maravilla, voy a pedirle una cita a este sacerdote (era un sacerdote muy joven, de unos 30 años de edad, muy moderno, un sacerdote con los pies bien puestos en en la tierra), voy a pedirle que hable con mi esposo y lo haga caer en razón. Pedí la cita, hable primero con el sacerdote y mi sorpresa fue que el padre se enojo tanto conmigo, me gritaba, golpeaba con fuerza una mesa y me decía: ERES UNA ASESINA, mataste a tu esposo en tu corazón. Mira como hablas de tu esposo, mira como lo juzgas, mira el odio que hay dentro de tu corazón. Crees que porque vas a misa los domingos eres buena? ERES UNA FARISEA, lo haces para que te vean, pero no sientes nada en tu corazón. Esta reunión duró unas dos horas y el sacerdote me decía es la primera vez que me salgo de casillas con alguien y me enojo tanto, tal vez el Espíritu Santo quiera decirte algo. Al final me abrazo, me dijo que no estaba sola en esta situación y que la Iglesia me acompañaría y me dio la absolución en medio de muchas lágrimas.
Esta reunión marco un antes y después en mi proceso, por primera vez tenía la verdad frente a mis ojos. Pero que tenía yo que cambiar?, esta fue mi primera pregunta.
Al comienzo hablaba y hablaba de mi situación, trataba de justificarme en todo, buscaba aliados, vivía en función de que hacía y dejaba de hacer mi esposo, y quería que sus amigos y familiares le recriminaran por irse de casa. Lloraba mucho, me encerraba en mi misma, vivía mi propio infierno.
Con los días me fui quedando sola, y llegue a un desierto, sin trabajo, con poco dinero en el bolsillo, una gran incertidumbre, mis hijos muy pequeños (2 nuevas bendiciones que Dios nos dio), sin amigos, sin familia, sin mi familia política, la autoestima por el suelo, enferma, triste, sola, humillada, burlada, mi corazón completamente roto, una tristeza profunda y en este desierto Dios hablo a mi corazón.
El 24 de diciembre de 2009 a las 12 de la noche, Dios me regalo el portal www.jesussalvamifamilia.org. Allí encontré la respuesta a muchos interrogantes de mi corazón, encontré Consuelo, Esperanza, y unos hermanos maravillosos que comenzaron a orientar mi proceso. A los pocos días tuve contacto con hermanos de mi país y pudimos formar los primeros cenáculos de JSMF .
Poco a poco empezó a retornar la paz a mi corazón. Por primera vez experimenté el encuentro verdadero con Jesús. Comenzamos a tener una comunicación abierta y fluida. Yo le decía al Señor que va a ser de mi? de mi futuro? no tengo trabajo hace muchos años y me respondía en Mateo 6:26 si las aves del cielo no siembran ni cosechan y Dios las alimenta y si los lirios del campo se vestían mejor que el Rey Salomon, Dios conocía todas nuestras necesidades y nos proveería todo. Al día siguiente iba al Santísimo y le contaba al Señor todo mi pasado y lo que me estaba doliendo y el Señor me decía en Isaías 43:18, ya no recuerdes el ayer y voy a hacer todo nuevo. Otro día le decía Señor me siento triste, sola y abandonada y me regalo Isaías 54 una hermosa y maravillosa promesa donde me decía que no me sintiera sola, triste y abandonada, que se desposaría conmigo, que extendiera mi tienda, que tendría mas hijos que la mujer casada que vendrían de oriente y de occidente. En una oportunidad le dije Señor me siento muy sola necesito un abrazo pero de carne y hueso, quiero sentir que soy importante para alguien y saliendo del Santísimo me encontré con una amiga que no veía hacia varios años y se acercó y me dijo, tengo unas ganas increíbles de abrazarte y llore en sus hombros lo que no esta escrito. Sentí el abrazo de Jesús en ese abrazo. Otro día, estaba muy triste no quise levantarme de la cama y toda la mañana estuve acostada llorando y recriminándole al Señor por haber renunciado a mi profesión en beneficio de mi familia y ahora que mi esposo se fue que?, perdí 15 años de mi vida al lado de alguien que no me quiere y no me valora?, de que voy a vivir?, mis hijos en el colegio y yo en casa sola? etc…una cantidad de interrogantes que el Señor contesto a través de mi hijo que en ese entonces tenía tan solo 5 años de edad. Llego del colegio, me abrazo, me dijo que se sentía feliz de llegar y encontrarme en casa, que cuando grande el iba a trabajar y me iba a proveer todo, me regalo un dientecito que se le cayó ese día, para que el ratón Pérez me diera el dinero y yo lo usara en lo que necesitaba. Dios habla en la palabra, en las homilías, en el sacramento de la reconciliación, a través de amigos, familiares, y situaciones de la vida.
Comencé a asistir a retiros, Eucaristías de sanación, peregrinaciones, congresos espirituales y a tratar de llenar mis vacíos en Dios. Era el único lugar donde encontraba paz. Muy rápido el Señor me regalo la vocación de servicio y comencé a organizar reuniones de JSMF, cenáculos y en la medida que dispuse mi corazón a Dios y a su obra, Dios ha ido sanando el dolor, calmando la ansiedad, restaurando mi corazón, dándome el don del perdón, regalándome el amor por el Santísimo y la Santa Misa.
El dolor y sufrimiento me impulsaron a buscar como restaurar mi matrimonio, pero realmente me llevaron hacia Dios, a un encuentro personal, cara a cara con Jesús. Un encuentro real y verdadero (JESUS Y YO), también comencé a amarlo y conocerlo y querer ser como El, luego no solo quise conocerlo sino ofrendar mi vida y ponerla al servicio de Dios.
Mi nueva meta es el cielo. El Señor en todo este proceso me ha llenado de bendiciones y promesas y se que todo será en el tiempo de Dios. El tiempo de restauración aunque es importante, está en un segundo plano, porque es mas importante tener a Dios como centro de mi vida.
Para alcanzar la santidad me falta mucho camino por recorrer, falta mucho por transformar, renunciar, purificar y reparar. Este no es el camino mas fácil, pero si el mas seguro.
Hoy aunque no ha llegado la restauración matrimonial, soy muy feliz y le doy gracias a Dios por todas las bendiciones que me ha dado durante este tiempo:
0- Me regalo Amor por todas las cosas Santas y del cielo y me dio una nueva oportunidad de reconciliarme con El.
1- Restauro mi salud. Estuve 1 año en cama muy enferma y me realizaron una cirugía de urgencia, gracias a Dios tuve una rápida recuperación.
2- Restauro mi familia de sangre y todos vamos caminando en Dios y mi papá esta proceso de conversión y purificación
3- Me regalo un hermoso grupo y apostolado en JSMF
4- Me regalo un excelente director espiritual y un confesor. Me dio la oportunidad de conocer 2 sacerdotes y recibir de ellos orientación y con mucha paciencia y vocación a su servicio me han llevado de la mano.
5- Me regalo amigos y hermanos de lucha que quiero con todo mi corazón. Hoy son mi familia espiritual
6- Se hace presente día a día la Providencia Divina
7- Le dio un nuevo sentido a mi vida
8- Trajo de regreso la paz a mi corazón y a mi familia.
9- Me permite ser una madre feliz y presente en los diferentes procesos de mis hijos.
Que mas viene ahora?, no lo se, todo está puesto en manos de Dios. Yo me esfuerzo por seguir caminando hacia Dios todos los días y Dios tendrá la ultima palabra sobre mi vida, la vida de mis hijos y de mi esposo, de mi familia, de mi familia de sangre y de este hermoso ministerio de restauración JSMF.
Lo único cierto que les puedo compartir, es que nadie sale con las manos vacías cuando dispone el corazón a Dios y tiene un encuentro auténtico y verdadero con Jesús.
Que este testimonio sea para la Gloria de Dios y para el bien de los soldaditos y soldaditas que están atravesando el dolor de la crisis matrimonial, separación y divorcio y quieran luchar por sus matrimonios y familias. Dios los bendiga.