Pregunta: ¿Qué pasa cuando nuestro esposo/esposa se enamora de la tercera persona?

 

Pregunta: ¿Qué pasa cuando nuestro esposo/esposa se enamora de la tercera persona?

Queridos soldaditos:

Escribo estas líneas guiada por el Santo Espíritu y orando para que cada corazón se abra al amor de Dios, el amor más grande del mundo.

Mi amado esposo se enamoró de otra persona, al punto de ofrecerle matrimonio (recuerdo para quienes no lo saben que estuvimos separados y divorciados legalmente por casi cuatro años). Incluso, cuando hablaba con ella por el celular, le decía palabras amorosas delante de mí, me decía que la amaba, que ella le había cambiado la vida, etc. Siempre pensaba que eso era una mentira del diablo. Mantuve mi fe, mi esperanza y el amor de Dios en mi corazón, aunque él me decía que el amor entre nosotros había muerto.

Decía en mi corazón y en mi mente: “Gloria a Dios que se acabó el amor del mundo, porque ahora Dios, que es amor, vivirá en nosotros. Ven, Señor Dios Todopoderoso, y libera, sana, construye el nuevo amor en el corazón de mi esposo y en el mío, para agradarte a Ti. ¡Sálvanos, Dios Todopoderoso!” Mantuve mi fe en el que todo lo puede.

Fueron a sitios a los que nosotros nunca fuimos y él le decía palabras que a mí jamás me dijo, pero gloria a Dios, yo no quería seguir viviendo ese amor del mundo, de mentira, vanidad, egoísmo y orgullo. Yo quería que Dios salvara mi hogar de raíz, y por eso estaba segura de que Dios me daría un nuevo hogar. Pedí por un nuevo hogar, nacido del Espíritu, como Nicodemo, y así me lo regaló Dios Todopoderoso, que hace posible lo imposible.

Mi amado esposo volvió a casa después de casi cuatro años de separados y divorciados, y hoy día le doy la gloria a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo porque ha hecho posible lo imposible. Ya hace más de un año que mi amado esposo volvió a casa, y hoy es un hombre nuevo, nacido del Espíritu de Dios, porque para Dios no hay nada imposible.

Pregunta: ¿Qué pasa cuando el cónyuge se enamora de otra persona?

Respuesta: Es la señal de que Dios está trabajando en ellos. Es necesario que sucedan muchas cosas y acontecimientos para que, primero, volvamos nuestros ojos a Dios totalmente, busquemos amar a Dios primeramente antes que a nuestros esposos, y lo pongamos en el centro de nuestras vidas y hogares. Como dice en Mateo 6, 33 “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas se os darán por añadidura.”

Segundo, para que nuestros amados cónyuges también se den cuenta de que el amor de esas pobres y necesitadas personas  es tan pequeñito o igual o peor que el que creían sentir por nosotros. Así buscarán a Dios y tendrán sed de Él. Hay que ir al desierto y tener sed para valorar el agua, como nos enseña Oseas 2,16  “Por eso voy a seducirla; la llevaré al desierto y le hablaré al corazón.” Todo sucede por nuestro bien (Romanos 8, 28), todo es todo. Por eso debemos mantener firme nuestra fe y nuestro amor a Dios cada día más grande, más convencido, más desinteresado. No debemos desalentarnos por nada, nada, nada de lo que oigamos, pensemos, veamos, etc., como nos recuerda Santiago 1, 12 “Bienaventurado el hombre que soporta la tentación, porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman.”