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3 pasos hacia la restauración matrimonial

A continuación presentamos una guía sobre los 3 pasos que cambiarán y transformarán tu vida. No trates de cambiar el orden, ni apresurarte en el proceso. Si los sigues con decisión un día darás testimonio de tu restauración.

Jesús y yo

El primer paso para la restauración matrimonial es el encuentro personal con Jesús. Cada persona puede tener un proceso único y especial para llegar a Jesús, Él ya dispuso este encuentro y necesita de ti, que te abras a su llamado. Entonces lo que si podemos sugerirte como empezar a caminar hacia la sanación de tu alma y tu corazón y como comenzar una “nueva vida espiritual” que te lleve a la verdadera felicidad.

Humildad y Arrepentimiento

En humildad debes reconocer que nada puedes hacer por tus propias fuerzas, que todo se salió de control y que necesitas de la ayuda de Dios. Te encuentras en medio de una noche oscura que trae miedo e incertidumbre, te sientes perdido(a), sin horizonte y este es el momento de mirar el cielo y clamar a Dios que venga a tu encuentro a sacarte de este estado y situación.

Dios NO será sordo a tu suplica y pondrá todos los medios y personas para rescatarte y regalarte un nuevo corazón y una nueva vida llena de amor y de paz.

Recuerda que para llegar a la crisis que ocasionó la ruptura matrimonial, TU también cometiste muchos errores y junto a tu esposo(a), casi de manera imperceptible fueron arrinconando a Dios en sus vidas y poniendo por encima sus propios intereses, estudios, amigos, hobbies, desarrollo profesional, familias, proyectos, bienestar, etc. Poco a poco se abrió una fisura en tu vida matrimonial y a través de ella, se fue filtrando el pecado en forma de celos, desamor, irrespeto, gritos, intolerancia, egoísmo, venganza, odio, depresión, idolatria hacia el cónyuge, discusiones, celos, recriminaciones, falta de comunicación, adulterio, coodependencia, maltrato físico y verbal, y en muchos casos adicciones como el alcohol, drogas, pecados que encaminan hacia la crisis matrimonial, separación y/o divorcio.

Dolerse de NO haber tenido a Dios como centro en tu hogar, es un buen comienzo, pero requiere un cambio de actitud, y exige que comiences a dar pequeños pasos de acuerdo con la voluntad de Dios.

El Señor nos otorga la gracia de librarnos de la esclavitud de nuestros sentimientos y pecados a través del sacramento de la reconciliación. El arrepentimiento es el primer paso hacia el encuentro con Jesús. Este sacramento no solo te fortalecerá en estos momentos difíciles, sino que te dará la gracia de sobrepasar el pecado y vivir en común unión con el Creador.

Te invitamos a que a lo largo de una semana, sin afán, vayas al Santísimo y lleves un cuaderno, donde puedas hacer un buen examen de conciencia y que allí le pidas al Señor que te ilumine, muestre todo lo que te separa de EL y puedas confesar todas tus faltas para limpiar las impurezas y maldad y que todos tus pecados sean perdonados. (1 Juan 1,9)

No se trata de hacer solo una confesión y continuar con la vida que llevas, sino que este primer paso sea el comienzo de una nueva vida espiritual donde puedas esforzarte para corregir tus defectos, pecados, errores y vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.

Cuando acudas al sacramento de la reconciliación ten en cuenta estos 5 pasos:

1 – EXAMEN DE CONCIENCIA.  Hacer una lista todos los pecados y todo aquello que te aparte de Dios.

2 – DOLOR DE LOS PECADOS. Reconocer que ofendiste a Dios, y siente el dolor por ofenderle

3 – PROPÓSITO DE NO VOLVER A PECAR.  El propósito de enmienda nos lleva a llevar una vida hacia la santidad, tratando de no caer nuevamente en las faltas que cometiste.

4 – DECIR LOS PECADOS AL SACERDOTE. De una manera concisa, concreta, clara, completa y número de veces que caíste en pecado, para que Dios a través del sacerdote pueda perdonarte y tener misericordia de ti.

5 – CUMPLIR LA PENITENCIA. Cumplirla cuanto antes con humildad y dolor en desagravio, reparación y satisfacción de la culpa contraída al ofender a Dios.

Sanación de las heridas interiores

Tu herida necesita ser tratada y curada y puede tener rasgos de culpabilidad por no haber hecho lo suficiente, tal vez pienses que eres fracasado(a), quizás tienes un sentimiento de NO ser amado, tienes una baja autoestima, sientes odio, puedes estar padeciendo trastornos de sueño y alimenticios, culpas a Dios de los problemas que enfrentas, y tienes bloqueos de Fe. Las heridas pueden ser causadas también por un pecado grave que cometiste en el pasado y no te has perdonado a ti mismo y no has sentido la misericordia de Dios o por las consecuencias de la situación que viviste en la infancia, adolescencia o adultez que no te permiten tener en este momento una vida plena y feliz.
Las heridas pueden ser superficiales o profundas y debes aprender a identificarlas para darles el tratamiento que requieres.
Las heridas deben permanecer limpias del pecado a través del sacramento de la reconciliación para que no se infecten y sanen correctamente.

Examen de Conciencia


Proceso de Sanación de las Heridas

Cada uno de los pasos que referenciamos a continuación pueden ir acompañados de la Santa Eucaristía, El Santo Rosario diario, Ayunos y Sacrificios, la lectura de la palabra, retiros espirituales, y/o peregrinaciones. Actos espirituales y de oración que te permitan acrecentar la cercanía con Jesús.

  1. Suelta la situación y ponla en manos de Jesús. Te sugerimos vayas al Santísimo y lleves un cuaderno y frente a Jesús le cuentes como te sientes, lo que te lastima, lo que te hace daño, tus miedos, tus tristezas, que le cuentes absolutamente todo. Si tienes heridas del pasado, que sea esta la oportunidad para ponerlas en manos de Jesús. Cuéntale al Señor que la situación se salió de tus manos, no la puedes controlar y necesitas de su ayuda.                       En este momento ya nada puedes hacer. Pon a tu esposo(a) y déjalo(a) con Jesús en el Sagrario, en las mejores manos. Cada vez que tengas un dolor, un recuerdo, regresas al Santísimo y pones tu situación y tu cónyuge allí.Todo lo que escribas luego de visitar el Santísimo lo quemas o lo rompes, El Señor guardará todo esto en su corazón y comenzará a sanarte.
  1. Unos días mas adelante, debes regresar al Santísimo y como ya hiciste una buena confesión en el paso anterior, vas a escribir una carta al Señor pidiéndole que te ayude a perdonarte a ti mismo(a) por lo que hiciste en el pasado, por lo que pudiste hacer y no hiciste. Nuevamente al salir del Santísimo quemas o rompes la carta.

  1. Deja que te sientas mejor, y a los pocos días regresas nuevamente al Santísimo, recuerda que puedas acompañar estas visitas con oración, Eucaristía o algunas devociones y en esta oportunidad le vas a escribir una carta a tu esposo(a), le vas a decir cuanto lo(a) amas y que vas a luchar por tu matrimonio y familia. Le vas a decir a tu cónyuge que lo perdonas y lo declaras libre de cualquier ofensa que haya cometido contigo, hijos y tus seres queridos. Pídele al Espíritu Santo ilumine estas líneas y que te preste su perdón para que le puedas perdonar.                                                                   Esta carta NO se la vas a entregar a tu cónyuge, es para ti y Jesús. Entrega la carta a Jesús y que El se encargue de llevarle ese mensaje a tu cónyuge a su corazón. Al finalizar la visita al Santísimo debes quemar o romper la carta en un acto de confianza de haber sido escuchado por nuestro Señor

Oraciones para ayudar a perdonar:

Decir en voz alta, 3 veces: Jesús te presento a (se nombra a la persona que te hizo esa herida), te presento también mis heridas y dolores, Tú sabes lo que pasó, quiero perdonar como tú perdonas y en tu santo Nombre Jesús, yo la perdono, perdono (mencionar las heridas). Gracias Jesús porque me ayudaste a perdonar.

Tres veces se menciona: Y pido no le tomes en cuenta sus errores, pecados y ofensas, líbralo de la condenación, a (el o ellos quienes participaron), que tu perdón los alcance, te conozcan, te amen, tengan arrepentimiento y obtengan la salvación.

Tres veces se menciona: Y te pido por Tu Misericordia Jesús, me sea devuelta a mí y a toda mi familia, las bendiciones que desde un principio Dios Padre dispuso y que me fueron arrebatadas por el maligno.

¡Cubrenos Jesús con tu Preciosísima Sangre y protégenos de todo mal! (Repetir tantas veces como heridas Dios te vaya mostrando en este proceso de sanación.

La mente tiene un poder muy poderoso para recordar, traer imágenes del pasado y esto puede lastimarnos constantemente. Para calmar la ansiedad, te sugerimos hacer constantes ejercicios de solo vivir solo el presente, solo vivir un día cada día. Evitar ir al pasado todo el tiempo. Trata de mantener la mente quieta y en paz. En momentos de angustia te sugerimos regresar al Santísimo, escribir, y al finalizar la visita rompes el papel o  lo quemas y pones en manos de Dios tu situación. Durante el día repite constantemente jaculatorias como las que publicamos a continuación:

  • Corazón de Jesús en Ti confío.
  • Corazón de Jesús, Ardiente de amor por nosotros, inflama nuestro corazón en tu amor.
  • Corazón de Jesús, que os ame y os haga amar.
  • Corazón divino de Jesús, convierte a los pecadores, salva a los moribundos, libra a las almas santas del purgatorio.
  • Corazón eucarístico de Jesús, aumentad en nosotros la fe, la esperanza y la caridad
  • Corazón Sacratísimo de Jesús, ten misericordia de nosotros
  • Dulce Corazón de Jesús, sed mi amor.
  • Dulce Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros y de nuestros hermanos errantes.
  • Dulce corazón de mí Jesús, haz que te ame siempre más y más.
  • Oh Corazón de amor, yo pongo toda mi confianza en ti, porque todo lo temo de mi flaqueza, pero todo lo espero de vuestras bondades.
  • Sacratísimo Corazón de Jesús ten piedad de nosotros.
  • Sagrado Corazón de Jesús, confortado en vuestra agonía por un ángel, confortadnos en nuestra agonía.
  • Sagrado Corazón de Jesús, creo en vuestro amor por mí.
  • Sagrado Corazón de Jesús, protege nuestras familias.
  • Sagrado Corazón de Jesús, sed conocido, sed amado, sed imitado.
  • Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros tu reino.
  • Sagrado Corazón de Jesús, yo me doy a ti por María.
  • Sea amado en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús.
  • Todo por Ti, Corazón Sacratísimo de Jesús!
  • Corazón dulcísimo de María, prepáranos un camino seguro.
  • Dulce Corazón de María, sed la salvación mía.
  • Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

En momentos de desesperanza, también te recomendamos hacer esta oración de Santa Teresita:

Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa, Dios no se muda, La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta.

Eleva el pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, Nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y venga lo que venga, Nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, Todo se pasa.

Aspira a lo celeste, que siempre dura; fiel y rico en promesas,
Dios no se muda. Ámala cual merece Bondad inmensa; pero no hay amor fino Sin la paciencia.
Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera Todo lo alcanza. Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores Quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios su tesoro, Nada le falta. id pues, bienes del mundo; id, dichas vanas,
aunque todo lo pierda Sólo Dios basta. Soltar, olvidar y proclamar tus promesas

Soltar, olvidar y proclamar tus promesas

Ahora dice el Señor a su pueblo:
«Ya no recuerdes el ayer,
no pienses más en cosas del pasado.
19 Yo voy a hacer algo nuevo,
y verás que ahora mismo va a aparecer.
Voy a abrir un camino en el desierto
y ríos en la tierra estéril.

 No se trata de olvidar, porque no lo vas a poder hacer, pero si de perdonar y al perdonar vas a recordar sin dolor.

Aprópiate de las promesas que el Señor te regale cada día, pues serán fuente de Fe y Esperanza.

5. Corta la  comunicación con familiares, amigos y personas cercanas a tu esposo(a) y evita tener conversaciones sobre el o ella, solo te lastimas.

6. No te sientas víctima de la situación, sino un hijo victorioso de Dios. Bendice cada minuto y segundo del día. Transforma tu vocabulario y en cada momento difícil bendice y ofrece tu sufrimiento por la conversión y restauración de muchas familias. Trata de mantener silencio para no hablar mal de tu cónyuge con nadie, no todas las personas pueden darte buenos consejos.

7. Proclama las promesas de Dios, las que te regale durante este proceso.

8. En la Eucaristía diaria y frecuente pon en el momento del Ofertorio aquellos episodios difíciles durante tu infancia, adolescencia o adultez para que el Señor sane, limpie y te libere. También puedes hacer una lista de los pecados mas graves que cometiste en el pasado y ofrecer varias Eucaristías en reparación por tus faltas.

Este proceso debes hacerlo primero por ti, pero luego puedes poner las intenciones en el Ofertorio de la Eucaristía pidiendo sanación o reparando los pecados de nuestros hijos, de nuestro cónyuge o familiares.

ASEMEJARNOS A JESUS

Muchas veces hemos escuchado que debemos ser como Jesús y transformar nuestro corazón en el corazón del Señor, pero esto NO es posible si NO le conocemos. San Pablo en uno de sus pasajes dice: y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Todo lo que vivo en lo humano lo vivo con la Fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí¨ (Gál 2, 20). Esta frase es hermosa, pero carece de sentido sino la hacemos vida en nuestra propia vida. Si Cristo realmente vive en ti, entonces puedes amar a tu esposo o esposa ausente del hogar?, estarás dispuesto(a) a perdonar y volver a comenzar?, serás capaz de respetar el pacto y la alianza hecha con Jesús en el altar el día tu matrimonio? guardarás castidad, y el voto de fidelidad hasta que la muerte los separe aun si continuaras separado y/o divorciado? Serás buen ejemplo para tus hijos, familiares, amigos, compañeros de trabajo?

Este conocimiento de Jesús, te permite actuar o tratar al menos de asemejarte a EL. No es algo que llega de un momento a otro, es un proceso en el cuál entregas tu vida a Dios, dispones tu corazón y a través de los sacramentos, la palabra diaria, la vida de los santos, la oración frecuente, las riquezas de la iglesia y tu nueva vida espiritual, te irá transformando y moldeando para que puedas asemejarte a EL. Este cambio es el comienzo de un compromiso con Dios que durará toda tu vida.

Jesús nos pide cumplir el mas grande mandamiento como el lo vivió por nosotros y como lo dice la escritura:

36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? 37 —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente” —le respondió Jesús. 38 Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. 39 El segundo se parece a éste: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” 40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. Mateo 22 (34-40)

Con este mandamiento el Señor nos pide Amar como EL nos amo. Amar con caridad, con entrega, con compromiso, en la plenitud de la Fe, con desapego, con generosidad, con sabiduría. Un amor paciente, servicial, sin egoísmo, sin envidia, sin apegos, sin limites. Un Amor desinteresado, justo, que todo lo perdona y lo excusa, un amor misericordioso que todo lo soporta y sabe esperar. Un amor que jamás se cansa, se agota y siempre se renueva I. Corintios 13 (1-13)

El Señor durante el proceso de sanación, te va a hablar de muchas maneras a través de predicas, personas, la palabra.
Tendemos a soltar la situación, aceptarla y luego a tratar de retomar el control. Cada vez que te sientas esto, vas al Santísimo y pides ayuda Divina. Di una y otra vez : Señor, el pasado a tu misericordia.
El futuro a tu providencia. El presente a tu amor. Tu sabes Señor que lo único que tengo es el día de hoy para amarte y por tí a quienes me has dado. Anónimo. El Señor nos pide en la palabra no estar recordando nuestro pasado en Isaías 43 (18-19)

CAMINO HACIA LA CONVERSIÓN

No basta tener un conocimiento básico de Dios y querernos asemejar a El, sino somos constantes en la Fe, el amor a Dios, y nos dejamos moldear como un día lo hicieron los mas de 7.000 Santos reconocidos por la Santa Madre Iglesia Católica. Nuestra meta debe ser la Santidad y procurar que nuestros cónyuges, hijos, familiares sean salvos en el Reino de los cielos. Los Santos nos han dado ejemplo a través de sus sufrimientos, entregas y esfuerzos de no defraudar a Dios y esto ha sido recompensado grandemente en el cielo.

Dios hoy te hace un llamado a cambiar tu vida, dejar atrás tus egoísmos, tristezas, enojo y aceptar ser salvados.

Hoy a través de la prueba que estás viviendo y el dolor de tu corazón, Dios quiere que regreses tus ojos a EL y pueda participarte de todas las bondades de su Reino.

Uno de los fines del sacramento del matrimonio es que los esposos deben alcanzar la Santidad. Si hoy por diferentes motivos no pueden caminar juntos, estas llamado a interceder por tu esposo(a) ausente del hogar para que regrese a Dios. Recuerda que Dios nos hizo una promesa : «Ten Fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa.» Hechos 16, 31.

En este momento, es cuando tu esposo(a) necesita mas de ti, de tu amor y fidelidad a Dios. No le abandones. Tu tristeza un día se va a convertir en alegría, tu sufrimiento en el dulce amor de Dios y la cruz que hoy llevas será tu única esperanza.

DEJA QUE DIOS TE CAMBIE

El Señor en la palabra nos regala una promesa: “Les daré un nel-buen-alfarero-1uevo corazón y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes” (Ezequiel 36:26-27). Cuando nuestra voluntad quiere unirse a la voluntad de Dios, vamos ca
mbiando sin darnos cuenta nuestros gustos, preferencias, hobbies, y EL va tomando el primer lugar de nuestras vidas. El Señor sin que hagamos grandes sacrificios va quitando los velos de nuestros ojos y nos regala el gusto por las cosas espirituales y que traen a nuestra vida la verdadera paz y felicidad.

SACRAMENTOS, ORACION CONSTANTE

Los sacramentos y la oración son el alimento y la fuerza para poder caminar hacia el verdadero encuentro con Jesús.
Quieres que su corazón, tu familia y tu matrimonio se restauren?, quieres sentir paz, y gozo en tu corazón? Sientes deseos sinceros de comenzar un camino en Dios?. Como lo mencionábamos al comienzo de este artículo no hay una receta exacta, pero si podemos afirmar que los sacramentos y la oración son las fuentes de la gracia, de la fortaleza, del verdadero amor y felicidad. La vida sacramental unida a la oración sincera, teniendo intimidad con Dios, te permiten avanzar en el camino de la Fe y la restauración.

SERVICIO

Un buen síntoma de que tengas un encuentro cercano con Jesús, es que brote de tu corazón el deseo de ayudar a otros. Cuando dispones tu corazón para el servicio suceden tres cosas:

  • Miras y te dueles de las personas que sufren y así aprendes a valorar y agradecer a Dios por las bendiciones que tienes. Los problemas dejan de girar en torno de ti, te olvidas de ti mismo y reconoces en el otro, a Cristo vivo en los hermanos menos favorecidos.
  • Con tu generosidad estás haciendo feliz y aliviando el dolor a una persona o quizás una familia.
  • El servicio es sanador. No hay alegría mas grande en el dar que el recibir. Es una donación sincera para procurar justicia, defender a los mas débiles, dando un amor desinteresado que es recompensado con bendiciones espirituales que te darán plenitud y gozo al alma si lo practicas.