Tercer Paso – Jesús en medio del nuevo hogar
El tercer paso hacia la restauración matrimonial es JESUS en medio del nuevo hogar. Cuando regresan los esposos y esposas física y emocionalmente al hogar, este nuevo hogar debe fundamentarse sobre la roca (DIOS), sobre bases muy sólidas para que ante nuevas tormentas, vientos, huracanes, Tsunamis, los matrimonios permanezcan unidos según la voluntad de Dios.
La casuística hacia la restauración es enorme, matrimonios católicos que desean hacer su renovación de votos matrimoniales, matrimonios civiles que desean caminar hacia el sacramento, matrimonios naturales, uniones libres, etc. En cualquiera de los casos donde comience un proceso de restauración y juntos quieran vivir según la voluntad de Dios, deben buscar ayuda, de preferencia un sacerdote católico que los oriente espiritualmente y los guíe en su proceso, sabiendo que cada caso es particular y necesitará diferente atención.
La restauración matrimonial y familiar comienza con el encuentro con Jesús de cada uno de los miembros de la familia. No podemos hablar de Restauración personal, familiar, y matrimonial sin conversión.
Como lo mencionamos en el 1er paso hacia la restauración, no existe un proceso único para llegar a Jesús, pero sugerimos poner en manos de Jesús y la Santísima Virgen Maria todo aquello que hizo daño, lastimó, y destruyo el matrimonio y la familia, y disponerse a recibir la sanación del que todo lo puede y todo lo transforma.
Si el cónyuge luchador continua en su camino hacia la conversión y si el cónyuge que estuvo ausente tiene un primer encuentro con Jesús, muy seguramente comenzarán un proceso de restauración exitoso. No es un camino fácil también lo mencionábamos anteriormente, pero si un camino de bendición.
El proceso de restauración debe basarse en los sacramentos, oración constante y crecimiento espiritual, con el fin de alcanzar como matrimonio y familia la Santidad.
A continuación presentamos una guía general a tener en cuenta en la vida matrimonial y familiar o en el hogar en proceso de restauración.
Elementos para un matrimonio feliz
El compromiso: Todo matrimonio debe basarse en las promesas que los esposos hacen en el altar frente a Dios:
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- Permanecer fieles al pacto matrimonial y amor conyugal prodigándose exclusividad entre los esposos.
- Permanecer fieles al compromiso matrimonial en la salud y en la enfermedad, ante el éxito y fracaso y diferentes circunstancias de que puedan presentarse en la vida, ya sean favorables o adversas.
- Permanecer fieles y comprometidos hasta el último día de sus vidas, respetando el principio de indisolubilidad.
- Renunciar y abandonar viejas prácticas, vicios, adiciones, amistades, rutinas, que puedan lastimar la vida matrimonial y familiar.
El amor matrimonial NO debe ser un sentimiento sino una decisión. La etapa de enamoramiento pronto acaba, y los esposos(as) no deben regirse solo por los sentimientos y emociones, sino que deben tomar la decisión firme de dar compañía, cariño, respeto, ternura, comprensión, apoyo, protección a pesar de las dificultades y circunstancias que se presenten en el día a día.
El amor matrimonial debe parecerse al amor que describe San Pablo en la primera carta a los corintios capítulo 13:
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
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- Luego de una crisis o separación matrimonial, quedan heridas y se hace difícil
avivar el amor entre los esposos.
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Encender de nuevo el amor, es SOLO posible cuando en el centro de este nuevo hogar está Dios presente y cuando pedimos la intercesión a María Santísima como sucedió en las bodas de Caná, cuando Dios le concede que su hijo transforme el agua en vino, un vino de mejor sabor, cuerpo, aroma que el anterior. De esta misma manera, podemos clamar a la Reina del Cielo, que interceda por el amor de esposos para que este sea renovado y sea de mejor calidad que el amor humano y este perdure para siempre. En Eclesiastés 4 (9-12), nos presentan como el amor de los esposos debe ir unido a Dios para hacer relaciones sólidas, estables y felices.
Eclesiastés 4:9-12
Mas valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. 10. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ay del solo que cae, que no tiene quien lo levante. 11. Si dos se acuestan, tienen calor; pero el solo cómo se calentará?. 12 Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de 3 hilos no es fácil de romper.
Cuando los esposos se unen bajo el sacramento del matrimonio, se tejen dos voluntades, dos intereses, gustos, preferencias, cada uno hala según su pensamiento y conveniencia. Por ello es necesario entretejer entre ellos una tercera cuerda que es la voluntad de Dios. Dios defenderá, bendecirá y unirá en una sola voluntad este matrimonio. La cuerda de 3 hilos, se hace fuerte por encima de la conveniencia de cada uno de los cónyuges y allí Dios los funde, y los transforma.
Valores en común
Para que haya armonía y estabilidad en el nuevo hogar, los esposos deben construir juntos valores que les permita nutrir las decisiones diarias para la vida, especialmente en lo que se refiere a la crianza de los hijos, relaciones con los amigos y familiares, manejo del dinero, etc.Además de los valores que recibimos en nuestra infancia como: Tolerancia, respeto, honestidad, amabilidad, cortesía, alegría, amistad, sencillez, , libertad, generosidad, diálogo, justicia, paz y Fe, etc., los esposos deben procurar construir valores familiares que ayuden a fortalecer el matrimonio y la familia y que vayan muy de la mano de los valores cristianos y fundamentados en la palabra y en las enseñanzas de la Iglesia.
Solución de conflictos
Los esposos y demás miembros de familia pueden tener puntos de vista diferentes, sin embargo pueden expresarse las diferencias bajo diálogo y respeto.Muchos conflictos de pareja provienen de que cada uno trae su propia experiencia, vida, cultura y valores y aprendieron de su familia de una manera diferente.En las diferencias siempre debemos recurrir al diálogo, al perdón, a la aceptación del otro, a la comprensión y a la caridad.Las diferencias no deberían dividir una familia, sino enriquecerla, puesto que desde diferentes puntos de vista pueden mejorarse muchas cosas.Para evitar conflictos es necesario:
- Estar al tanto de las necesidades del otro y demás miembros de la familia
- Estar en disposición de escuchar y validar otros puntos de vista.
- Ser flexibles con otros puntos de vista y tenerlos en cuenta en las decisiones.
- Asumir con responsabilidad la consecuencia de los propios actos y de las decisiones tomadas en familia.
La oración
¨Familia que reza unida permanece unida¨ Juan Pablo II.
La oración y las practicas espirituales en la familia, significan introducir en la vida cotidiana de los esposos, hijos y demás miembros de la familia, a Jesús fuente de vida, de amor, de perdón, fuente de salvación, donde se comparten las alegrías, dolores, preocupaciones y se ponen en sus manos de Dios las necesidades y proyectos de la familia y donde reciben la fuerza para continuar juntos hasta el final. Así lo expresó San Juan Pablo II en la carta apostólica Rosarium Virginis Mariae en octubre de 2002, donde nos recordaba la importancia de la oración y el rezo del Santo Rosario en familia, tradición que se ha ido perdiendo y que es importante retomar en el mundo de hoy.
Las diferencias no deberían dividir una familia, sino enriquecerla, puesto que desde diferentes puntos de vista pueden mejorarse muchas cosas.
- Nos estrecha a Dios, y nos acerca a su Voluntad.
- Se complementa muy bien con la vida sacramental y practicas espirituales
- Nos acerca al corazón de la Santísima Virgen María
- Nos acerca a la comunión unión con los Santos testimonios del amor de Dios
- Nos da una dirección clara sobre los problemas, crisis, diferentes circunstancias de la familia.
- Nos ayuda a tomar decisiones acertadas y de acuerdo a la voluntad de Dios.
- Nos da Fe, confianza, nos trae paz incluso en situaciones difíciles.
- Nos permite abandonar nuestras cargas y fatigas en Dios y con Fe y Esperanza esperamos en EL.
- Podemos actuar con sabiduría
- Dios nos libera del pecado y nos protege en las tentaciones.
- Dios nos guía hacia su Santa y Divina Voluntad.
- Hacemos participe a Dios de nuestras actividades diarias, cotidianas y podemos complementarla con otras practicas espirituales para tener discernimiento y crecimiento espiritual.
- Nos fortalece y es nuestro escudo ante los momentos difíciles y dolorosos
- Nos da energía para superar pruebas difíciles, enfermedades y adversidades.
- Impide que nos desviemos del camino hacia Dios, y nos dispone a cumplir nuestras responsabilidades y mantener un enfoque.
- Nos motiva y evita caer en depresión y desanimo
- Abre las puertas de bendición sobre nosotros y nuestros seres queridos.
- Nos capacita en el amor hacia nosotros mismos y nuestro prójimo.
- Provoca el favor de Dios ante nuestras necesidades físicas, materiales y espirituales.
- Nos protege de ataques del enemigo.
- Nos ayuda a caminar juntos hacia la Santidad.